“Hemos derrotado al ISIS en Siria, la única razón por la que estar allí durante mi presidencia”, tuiteaba ayer Trump siete años después de la llegada de Estados Unidos al polvorín de Oriente Medio. Habrá quien no se lo crea, ya que tanto Obama como el propio Trump habían prometido salir de allí mucho antes, pero fuentes anónimas del Departamento de Defensa han declarado que ya se están haciendo los planes necesarios para que sus 2.000 soldados vuelvan a casa.
¿Por qué ahora? Como dice Trump, hipotéticamente el Estado Islámico está derrotado. Se derrocó el califato de Abu Bakr Al Baghdadi, en paradero desconocido, y las fuerzas de la zona replegaron al ISIS hasta el punto de que, según el Pentágono, ya sólo les queda un 1% del territorio que llegó a dominar en 2014.
La política internacional clama: aunque Washington quiere virar ya hacia un plan de retorno de refugiados y construcción de infraestructuras en el país, los aliados de Estados Unidos en la contienda no está nada cómodos. Sienten que su socio les ha abandonado a su suerte. Francia, con mil soldados en Siria, dice que aún no se ha acabado con el Estado Islámico en la zona y que no se irán hasta que así sea. Además Macron advirtió a Trump del peligro que sigue suponiendo Irán. Israel también se queja de esta última amenaza.
Los más perjudicados, los kurdos: y de hecho, la salida de EEUU ahora se lee como un agravio total: se preveían próximos ataques de los turcos en las bases kurdas de Siria apoyadas por los estadounidenses, que son uno de los agentes que más han luchado contra el EI.
¿Qué se nos perdió allí? Hace un año, hace apenas unos meses, Bachar el Asad, el actual presidente de Siria y socio predilecto de Irán y Rusia, era un tipo malísimo capaz de violar los derechos humanos a su antojo, según la Casa Blanca. En los últimos dos años las tropas de Al Asad han ido reconquistado casi todo el territorio nacional y su posición se ha fortalecido. El tuit de Trump hay que leerlo así: realmente no deberíamos seguir inmiscuyéndonos en los asuntos de esta zona. Nuestro enemigo principal siempre fue ISIS, así que es nuestro momento de volver a casa.
El posible resurgimiento: se estima que entre Siria e Irak aún permanecen un número indeterminado cercano a los 50.000 insurgentes armados fieles a la yihad. Trump lleva años criticando a Barack Obama y culpándole de dar a luz a ISIS en relación a la retirada de tropas de Estados Unidos en Irak en 2010, desde el punto de vista del actual presidente, dejando atrás un caldo de cultivo. Según fuentes del Pentágono y de algunas figuras republicanas, la retirada de Siria servirá para que Irán y Rusia ganen influencia en la zona y que aliente el rebrote del ISIS.
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