Además de ser la puerta de entrada a intervenciones quirúrgicas poco invasivas como las lamparoscopias, el ombligo es uno de los ecosistemas microbianos con mayor diversidad del organismo. En el orificio umbilical han llegado a encontrarse bacterias que previamente solo habían sido vistas en el suelo de Japón o en las capas de estructuras de hielo. Tal es la variedad bacteriana que solo ocho especies están presentes en el 70% de los ombligos analizados.
2.368. Este es el número de especies bacterianas que un grupo de investigadores norteamericanos han encontrado en los ombligos de los 60 voluntarios que han prestado sus ombligo para un estudio de biodiversidad liderado por la Universidad de Carolina del Norte. Aunque hay ombligos que ofrecen un abanico de especies más variado que otros, en total, el estudio ha hallado 1.458 bacterias que podrían ser desconocidas para la ciencia. Es decir, más de la mitad de las especies son nuevas.
Denominador común. Solamente ocho especies bacterianas están presentes en el 70% de los ombligos estudiados. De la misma forma, solo en el 10% de los participantes se observa la mayor diversidad bacteriana o, lo que es lo mismo, una representación del 90% de las bacterias. Así, aunque cada participante posee de media 67 especies diferentes, para llevar a cabo el promedio, se toparon con usuarios que apenas llegaban a la treintena y otros que superaban el centenar de bacterias.
Es más, en uno de los ombligos, los científicos descubrieron una bacteria hallada previamente en el suelo de Japón y otras dos cepas que normalmente solo crecen en las capas de hielo.
¿Hay que limpiarlo? Diariamente durante tres años, el investigador Georg Steinhauser se dedicó a extraer la pelusa de su ombligo con el objetivo de analizar la composición común de todas ellas. Como resultado, encontró que casi todas están formadas por restos de su camiseta de algodón, polvo, restos de piel, grasa, proteínas y sudor.
Sin embargo, a pesar de hallar restos de suciedad y bacterias los investigadores del proyecto anterior aseguran que si no hay un historial de infecciones no es necesario realizar un limpieza focalizada en el ombligo.
Lamparoscopias. Por el contrario y debido a que la cicatriz del cordón umbilical sirve como puerto de entrada a pruebas diagnósticas mínimamente invasivas, otros organismos como la Asociación de Medicina de Massachusetts abogan por una limpieza periódica con agua y jabón y un sondeo suave. Igualmente, sostienen que existe un gran desconocimiento en torno a la higiene umbilical y que, por ejemplo, el ombligo jamás debería limpiarse con alcohol porque altera el pH.
Sistema inmune. En 2009, otra investigación centrada en estudiar la representación bacteriana presente en la piel, llegó a la conclusión que algunos microorganismos presentes en ella contribuyen a reforzar el sistema inmunitario. Por ejemplo, el Staphylococcus epidermidis, presente en lugares húmedos de la piel como axilas o ingles desempeña un importante papel defensivo al inhibir selectivamente los patógenos de la piel.
Esta bacteria tiene la capacidad de producir ácido lipoteicoico, una sustancia que ayuda a reducir las inflamaciones cutáneas.
Imagen: Belly Bottom Biodiversity
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