Mientras la nación espera la llegada de 700 millones de dólares en armas por parte del Pentágono y una flota de drones "alemanes", ha dado con una táctica
Esta semana Ucrania ha recibido dos noticias que llevaba tiempo esperando en el contexto de la guerra. Por un lado, Estados Unidos está a punto de enviar 725 millones de dólares en armas a través del Pentágono. Por el otro, Alemania ha anunciado la producción de los drones kamikaze HX-2 para Kiev. Mientras tanto, la nación parece haber dado con un “aliado” contra la ofensiva rusa: los drones rusos.
Drones de ida y vuelta. Ocurrió el pasado 26 de noviembre, cuando Rusia intensificó sus ataques aéreos sobre Ucrania, alcanzando un récord de 192 proyectiles lanzados, incluidos 188 drones Shahed de diseño iraní y 4 misiles balísticos Iskander-M. Estos proyectiles, enviados desde regiones rusas como Vorónezh, Oriol, Kursk y Krasnodar, representaban una estrategia de saturación destinada a superar las defensas aéreas ucranianas.
Sin embargo, ocurrió el efecto contrario. ¿Cómo? Las fuerzas ucranianas lograron derribar 76 drones mediante medios cinéticos y electrónicos, pero lo más increíble es que lograron desviar 95 de estos drones kamikaze con sistemas avanzados de interferencia y spoofing, dejando tan solo 17 drones alcanzando sus objetivos. A pesar de esto, los misiles Iskander-M, debido a su alta altitud y velocidad, lograron impactar sin ser interceptados.
Contramedidas electrónicas. Estas técnicas utilizadas para desviar los drones Shahed, particularmente el "spoofing", consisten en interceptar las coordenadas satelitales utilizadas por los drones y transmitir datos falsos, confundiendo su sistema de navegación. La estrategia no solo ha demostrado ser efectiva para desviar los drones hacia territorios vecinos como Rusia o Bielorrusia, sino también para reducir significativamente su impacto en territorio ucraniano.
De hecho, según los informes recientes, de los 95 drones desviados en el ataque récord de 188 drones lanzados por Rusia en una sola noche, al menos 17 ingresaron de vuelta al espacio aéreo bielorruso y ruso. Dicho de otra forma, la táctica o enfoque refleja el uso extensivo y efectivo de sistemas de guerra electrónica, como el sistema nacional "Pokrova", desarrollado por Ucrania para interferir en las señales de navegación satelital de los drones y otros dispositivos hostiles.
Implicaciones y el papel de Bielorrusia. La desviación de drones hacia Bielorrusia tiene implicaciones estratégicas significativas, ya que la nación ha servido como un aliado clave para Rusia hasta ahora, proporcionando un punto de apoyo logístico y geográfico para la invasión a gran escala de Ucrania iniciada en febrero de 2022.
Además, no se puede descartar que el ingreso de drones rusos al espacio aéreo bielorruso puede generar tensiones adicionales entre los aliados y complicar la dinámica regional, especialmente dado que Bielorrusia limita con países miembros de la OTAN como Polonia, Lituania y Letonia.
Los desafíos en la defensa frente a drones kamikaze. Los drones Shahed, los más utilizados por Rusia por su bajo coste y efectividad para saturar las defensas, aunque relativamente fáciles de derribar mediante armas de calibre pesado o sistemas portátiles de defensa aérea, representan un desafío por su capacidad de volar a baja altitud, lo que les permite evitar ser detectados por radares.
Esto hace que las contramedidas electrónicas, como el spoofing del hablábamos o el bloqueo de señales (jamming), sean herramientas cruciales en la estrategia defensiva de Ucrania. Según expertos en tecnología militar, Ucrania posee un arsenal significativo de sistemas de guerra electrónica que han sido fundamentales para mitigar los efectos de estos ataques masivos.
La “llegada” de Alemania. Como decíamos al inicio, Ucrania trata de frenar la ofensiva rusa mientras espera efectivos de los aliados. A este respecto, la empresa alemana Helsing ha iniciado la producción de los drones kamikaze HX-2, diseñados para apoyar a Ucrania en el conflicto. Estos drones, que destacan por sus capacidades avanzadas de inteligencia artificial (IA) y resistencia a la guerra electrónica, pueden operar en enjambres coordinados por un solo operador humano.
Con un peso de 12 kilogramos, una velocidad máxima de 220 km/h y un alcance de 100 kilómetros, los HX-2 están equipados con ojivas multiusos optimizadas para atacar vehículos blindados o estructuras. Además, la IA integrada permite que los HX-2 identifiquen, reidentifiquen y ataquen objetivos incluso sin conexión continua, garantizando su eficacia en entornos hostiles.
La entrega. Se espera que Ucrania reciba hasta 4.000 de estas unidades, comenzando con las primeras entregas este mes. Los HX-2, en teoría, serán cruciales para atacar objetivos móviles y estáticos en territorio ocupado, compensando la falta de superioridad aérea de Ucrania y desafiando las defensas antiaéreas rusas.
Además, la posibilidad de que el HX-2 se use como alternativa a los misiles de largo alcance subraya el compromiso de Alemania con el apoyo a Kyiv, especialmente en un momento de incertidumbre sobre el futuro de la ayuda militar internacional.
Y la “ayuda” de EEUU. Es la última de las ayudas anunciadas a Ucrania. El Departamento de Defensa de Estados Unidos anunció hace unas horas el envío de un nuevo paquete de ayuda militar a Ucrania valorado en 725 millones de dólares, uno que incluye minas antipersonales, drones, misiles antiaéreos portátiles y misiles antitanque.
El paquete, el más grande desde abril de 2023, se entrega bajo la autoridad "drawdown presidencial", que permite transferir equipos directamente de las reservas del Pentágono para acelerar el apoyo a Ucrania frente a la ofensiva rusa. Desde el inicio de 2023, Estados unidos ha proporcionado más de 4.6 mil millones de dólares en armamento bajo este programa y 12.1 mil millones de dólares a través de la Iniciativa de Asistencia de Seguridad para Ucrania, lo que permite a Kiev adquirir armamento directamente de la industria de defensa estadounidense.
Un paquete que llega en medio de la incertidumbre sobre el apoyo militar futuro bajo la administración de Trump, quien ha sugerido finalizar rápidamente el conflicto (no sabemos de qué forma), mientras su vicepresidente electo, JD Vance, propone permitir que Rusia conserve territorios ocupados. Sea como fuere y a pesar de la controversia, el envío refleja el compromiso de Estados Unidos a la defensa de Ucrania, utilizando tecnología avanzada y equipo de combate, aunque reaviva el debate sobre el uso ético de minas en conflictos modernos.
Imagen | Khamenei.ir
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