La UE cierra el debate para siempre: un 40% de los consejos de dirección tendrán que ser mujeres

El debate sobre las cuotas de género sigue muy presente en Europa. Principalmente porque hasta un 30% de las empresas a nivel global no tienen ni rastro de presencia femenina en los puestos directivos y sólo hay un 8,5% de presidentas de consejos de administración. Tal y como hemos comentado en Magnet en más de una ocasión, el panorama laboral no ha cambiado mucho desde hace décadas y eso que ahora las mujeres estudian más que los hombres. Vamos, que lo de achacarlo a una falta de candidatas o peor nivel educativo ya no les está funcionando a las empresas.

Por eso, la Unión Europea quiere poner punto final a esta tendencia. ¿Cómo? Con una ley obligatoria para todas las empresas del bloque. La medida más radical hasta la fecha.

La medida. La UE ha llegado por primera vez en su historia a un acuerdo político sobre una ley que obligue a las empresas a tener una representación femenina en los puestos de dirección no ejecutiva de un 40% para 2026. Es decir, estarán obligadas a informar una vez al año sobre la representación de género en sus consejos. Quien incumpla para dicho año las cuotas, se tendrá que enfrentar a sanciones (introducidas a nivel nacional) que incluyen multas o la anulación de su selección de directores. Eso sí, las pymes con hasta 249 empleados estarán excluidas.

Algo no va bien. La situación en Europa no pinta demasiado bien en términos de igualdad de género. En 2021, las mujeres sólo ocuparon el 30,6% de los puestos de dirección de la UE, con diferencias notables entre países, según el European Institute for Gender Equality. Francia, por ejemplo, es el único país que pasaría ahora mismo el filtro de la nueva ley, con un 45% de los puestos ocupados por mujeres. Pero otros como Italia, Países Bajos, Suecia, Bélgica y Alemania se quedan por debajo del 38%.

En España, según un estudio realizado por Grant Thornton en 400 empresas de todos los sectores y de entre 100 y 500 empleados se extrajo que la presencia femenina en los altos puestos era del 26%.

Los entornos en los que hay cuotas son mejores. Además, tal y como hemos comentado en Magnet en varios artículos, hay decenas de estudios que demuestran que un mayor número de representantes femeninas tiene ventajas probadas. Como que se facilita que se persigan propuestas políticas importantes para la ciudadanía pero a las que los representantes previos no estaban prestando atención. También que se incrementan las conductas laborales, como por ejemplo, jefes menos conflictivos o que rivalizan menos con sus compañeros.

Incluso otros estudios concluyen que los consejos de administración más igualitarios tienden a ser más rentables y tienen unos mejores resultados financieros que aquellos dominados por hombres.

Pero ojo, que también puede ocurrir al revés. De igual manera que las empresas tienen que cumplir con las cuotas de mujeres, no están exentas las instituciones de cumplir las masculinas. Hace un año, la polémica llegó a Francia pero esta vez de una manera peculiar. Una multa de 90.000 euros caía sobre los hombros del ayuntamiento de París por infringir en 2018 las cuotas de género establecidas por la ley. Pero, en este caso, el incumplimiento era a la inversa de lo que esperábamos: la alcaldía puso a demasiadas mujeres en cargos de liderazgo. La idea de convertir París en una "capital feminista" sonaba muy bien, pero ni los cambio legislativo recientes impidieron que les saliera el tiro por la culata.

¿Qué decía la ley francesa en 2018 sobre la distribución por género en el nombramiento de altos funcionarios? Que se podía castigar a las alcaldías de las grandes ciudades que no respetaran la "igualdad" del hombre y la mujer en los nombramientos, asegurando un mínimo del 40% a las personas de cada sexo. La idea de todo esto es, al final, tener los mismos derechos. Por ambos lados.

Imagen: Unsplash

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