Estados Unidos es un país de grandes contrastes: tan pronto alumbra a autoras que representan la vanguardia del pensamiento feminista universal como aprueba leyes anti-aborto en numerosos estados federales. La conjunción de ambos elementos produce magia y/o imágenes tan icónicas como la que han deparado un grupo de activistas hoy en el congreso de Ohio: vestidas como las mujeres de El cuento de la criada para protestar contra una ley anti-aborto.
Si no sabes de qué va El cuento de la criada, te lo explicamos con todo tipo de detalles aquí, pero ahí va un breve resumen: en una sociedad post-democrática, un grupo de fundamentalistas evangélicos se han hecho con el poder de EEUU y han subyugado a las mujeres fértiles a un régimen de servidumbre donde su propósito es asegurar la estabilidad demográfica del planeta. Es decir, el escalón previo a Hijos de los Hombres, pero con la narrativa distópica de 1984 o Un mundo feliz.
En la serie, las mujeres fértiles (no todas lo son: otras sirven como esposas de los hombres en el poder o de simples siervas) tienen que ir vestidas con largas capas rojas y gorros amish blancos. Y así es como protestaron las mujeres ante una ley metafóricamente digna de El cuento de la criada.
La iniciativa corresponde a Naral Pro-Choice, un grupo trans-estatal de Estados Unidos dedicado a defender las políticas que permitan el acceso universal y barato a las mujeres al aborto. Y el contexto es importante: en el parlamento de Ohio se debatía la ley senatorial 145, por la cual el aborto pasaría a estar penado durante el segundo y el tercer trimestre de embarazo. No sólo eso, además pretende prohibir la técnica "dilatación y evacuación".
¿Qué significa esto último? Que las mujeres que desearan abortar lo tendrían mucho más difícil. La técnica de turno es la menos lesiva con el cuerpo de la mujer y la que menos intervención quirúrgica requiere, ya que se vale de la dilatación del cuello iterino para que el feto salga expulsado. Se trata de una técnica que, por naturaleza, pone más fácil abortar (esto es: con mayores seguridades y comodidades para las mujeres), y la ley, impulsada por colectivos conservadores, quiere evitarlo.
En relación a la protesta, una portavoz de Naral ha expresado: "Los hombres esperan que nos sentemos, que seamos controladas, ¿sabes a lo que me refiero? Controlas nuestros cuerpos, nos dices lo que debemos hacer. Imagino que el significado de las criadas les tiene que poner muy cachondos". El simbolismo es importante dado que en el libro de Margaret Atwood el cuerpo de las mujeres queda subyugado al control del hombre incluso durante el coito.
The #OhioHandmaids waiting silently as the state considers the next plan to force women to give birth against their wishes or medical advice pic.twitter.com/pGBBBlK9rO
— NARAL ProChoice Ohio (@ProChoiceOH) 13 de junio de 2017
El contexto general de la protesta de Naral también es importante. Como explican en Dazed & Confuded, la iniciativa de Ohio llega pocos días después de que el estado de Texas haya obligado a la cremación o entierro de todos los fetos abortados, una circunstancia que, al igual que la ley 145 de Ohio, busca tanto castigar moralmente a las mujeres que opten por abortar como imponer trabas y procedimientos burocráticos al aborto.
Pese a que en una amplia mayoría de estados liberales y demócratas en las costas apoyan sin reparos el aborto dentro de sus sistemas sanitarios, otros, interiores y de perfil conservador, han implementado medidas de todo tipo para restringir el aborto. Dado que Roe vs. Wade obligó a todas las autoridades a facilitar el derecho al aborto a todas las mujeres, las administraciones conservadoras han optado por subterfugios legales (limitaciones técnicas como la ley de Ohio u procedimientos de corte moral, como la de Texas) para restringir su aplicación.
The sponsors of the method ban testifying, surrounded by #OHHandmaids pic.twitter.com/qm2WJA09Xf
— NARAL ProChoice Ohio (@ProChoiceOH) 13 de junio de 2017
Muchos estados no cuentan con estructuras sanitarias hábiles para que las mujeres pobres o segregadas accedan a centros donde se les pueda practicar un aborto. Y de ahí las campañas cada vez más llamativas de Naral: la advertencia sobre una distopía que, según ellas, no está tan lejos.