En veinte años, España podría tener la mayor esperanza de vida del mundo. Si quiere, claro

He de reconocer que si alguien me dijera que estudia "¿Cómo será la muerte en 20 años?" mi primera reacción sería mala. El rasgo más pertinaz de la muerte es, casi sin ninguna duda, que es siempre igual: fría, estoica y muy jodida. Pero luego, vendrían los matices porque, aunque la muerte no cambia, nos matamos de formas distintas.

The Lancet, una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo, acaba de publicar un estudio sobre cómo, cuánto y cuando nos moriremos dentro de 20 años. La primera conclusión es buena: el escenario más probable es aquel en el que todos los países aumenten la esperanza de vida. Sin embargo, tenemos que poner de nuestra parte.

No todo son buenas noticias, claro. Entre los escenarios más pesimistas podemos encontrarnos un mundo en el que casi la mitad de todas las naciones tendrían menores expectativas de vida. Al final, "un progreso significativo o un estancamiento dependerá de cómo los sistemas de salud aborden los factores de riesgo específicos", explicaba Kyle Foreman, profesor de la Universidad de Washington y autor principal del estudio.

Cinco claves. La mortalidad prematura está relacionada con a) la presión arterial alta, b) el índice de masa corporal alto, c) un elevado nivel de azúcar en sangre, d) tabaco y e) alcohol. Hay más (como la contaminación) pero esos son los más importantes. Hablando en plata: el trabajo nos dice que nos vamos a morir cada vez más de cosas como la diabetes, la obesidad, enfermedades neurodegenerativas, pulmonares, renales u oncológicas y cada vez menos de enfermedades infecciosas.

España en cabeza. Con esas cartas encima de la mesa, los investigadores estiman que España (que ahora ocupa el cuarto lugar con 82,9 años de esperanza de vida) pasaría al primer lugar en 2040 con 85,8. Esa es la media de todos los escenarios con una horquilla que varía entre los 4,5 años en el mejor y los 0,8 años en el peor.

No es magia. España, junto a países como China, Siria, Nigeria e Indonesia, está especialmente en buena posición para conseguir abordar los factores de riesgo clave, mejorar los niveles de educación y aumentar los ingresos per cápita. En el otro lado de la balanza, Palestina, Estados Unidos, Canadá, Noruega, Taiwán, Bélgica y Países Bajos serán los países que más empeorarán.

¿Profecía autocumplida?. Un poco sí. "Las desigualdades seguirán siendo grandes", explican los autores. Enormes, diría yo. "Demasiadas personas continuarán ganando ingresos relativamente bajos, seguirán teniendo poca educación y morirán prematuramente". Por eso, este estudio no solo es un análisis teórico, sino que se constituye en un programa de políticas públicas para señalar los principales factores de riesgo, mejorar la educación y disminuir la pobreza. Como señalan los autores, el azar es siempre un factor importante.

Imagen: Víctor J Blanco/GTRES

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