Era la crónica de una muerte anunciada, pero no por eso deja de ser impactante. Documentos internos de la empresa ya anunciaban en mayo que estaban “dándole una vuelta” al tema de su famoso desfile anual, ya que las cadenas de televisión les habían dicho que su “modelo ya no es el adecuado” (en el original, “the right fit”).
Esta semana el director financiero y vicepresidente ejecutivo de L Brands, empresa propietaria de Victoria's Secret, dio una videoconferencia para medios en la que oficialmente anunciaba lo que ya se rumoreaba, la cancelación de la gala sin nuevas citas a la vista. “Seguiremos comunicándonos con nuestros clientes a través de distintos canales, incluidas redes sociales y otras plataformas más actuales […] pero ya no habrá nada de la magnitud del desfile”.
Carnicería social. La noticia ha consternado a buena parte de los internautas, pero un patrón se repite en muchas de sus respuestas, orbitando alrededor de tres palabras: Savage x Fenty. Fenty es la firma neoyorkina de Rihanna que desde hace tres años se ha convertido mucho menos en una superestrella del pop y más en una empresaria de maquillaje, ropa deportiva y lencería. Savage hace referencia a esta última, que justo hace dos meses dio su segundo desfile, esta vez en el Barclays Center de Brooklyn y retransmitido después por Amazon Prime.
Todos los cuerpos. Savage x Fenty fue una exhibición casi impúdica de poderío y diversidad corporal de 40 minutos. "Queremos que las mujeres sientan que no están siendo excluidas solo porque tengan una talla diferente. Todas las mujeres merecen sentirse sexis, Nosotras somos sexis, somos multifacéticas y quiero que las mujeres expriman esa sensación al máximo", fueron las palabras de la anfitriona.
Por supuesto que se dejaron ver por allí Cara Delavingne, las hermanas Gigi, Bella Hadid o Laverne Cox, pero también otras modelos de todas las tallas e incluso algunas con diversidad funcional. Más que un desfile clásico, un espectáculo videoclipero al estilo de los EMAS de la MTV. Más que una ceremonia con la que abrir boca a sus potenciales compradores, un escaparate que, al contrario que el show de las de los ángeles alados, permitía comprar todos los modelos inmediatamente desde su web o Amazon.
¿Quién elegirá ahora a los ángeles? Victoria’s Secret era conocida por su muy marcado modelo de feminidad, un estándar físico muy exigente para muchas y directamente inalcanzable para tantas otras. Sin ir más lejos impidió durante 15 años la entrada de modelos trans, y las mujeres de etnias que no fuesen la blanca tenían que competir entre sí por el escaso hueco que se les abría. La marca de lencería fabricó durante lustros a muchas de las grandes supermodelos del mundo de la pasarela. Con su caída y la actual tendencia de la industria a una mayor variedad de prototipos de mujer, queda la duda de quién tomará ese testigo del futuro canon de belleza femenino.
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