Twitter lleva cierto tiempo tratando de poner coto al discurso del odio. En septiembre introdujo nuevas condiciones de uso mediante las que se reservaba el derecho a penalizar o censurar aquellos mensajes que "deshumanizaran" a determinados grupos sociales o políticos. En julio abrió un proyecto de colaboración con investigadores de la Universidad de Leiden para indentificar y acotar mejor las cámaras de eco ideológicas que activan discursos tóxicos.
¿Cuáles? Grosso modo, aquellos que promuevan la intolerancia, la xenofobia, la incitación a la violencia o la estigmatización de colectivos vulnerables. Las categorías son amplias y, como siempre, están sujetas a la interpretación del censor de turno. Pero la dinámica es inequívoca: Twitter, al igual que otras compañías como YouTube o Facebook, arrastra graves problemas de acoso y desinformación, y está buscando formas de solventarlos.
Ante esta tesitura, los usuarios han encontrado formas creativas de saltar por encima de la nueva política de la red social. ¿El mejor ejemplo de todo ello? El ya popular meme "Video Killed The Radio Star". Publicada en 1979, la canción catapultó a la fama a The Buggles, one-hit-wonder que encapsulaba a la perfección la decadencia de la radio frente a la creciente prominencia de la televisión. Las nuevas estrellas televisivas se elevaban sobre las viejas.
El grupo duró poco (y tuvo un breve e infausto paso por Yes tras su repentino éxito), pero legó una canción que es reconocible hoy por casi cualquier oído acostumbrado a la radiofórmula (o a la cultura popular). De ahí que se haya transformado en meme. Es tan sencillo como elegir una imagen con dos personajes antagónicos o enfrentados (y uno de ellos, a menudo, muerto) y colocar encima los rótulos "video" y "radio star".
De lo literal a lo figurado
Suficiente información para que nuestro cerebro rellene los espacios en blanco. ¿Qué pasa si nos topamos con una imagen de la Reina de Inglaterra y Diana de Gales y sobreimponemos las palabras clave ideadas por The Buggles? Que en la práctica acusamos a la primera de la muerte de la segunda, teorías de la conspiración sin demasiado fundamento y con cierta extensión entre algunos rincones de la red. Pero el meme no dice nada de eso.
Otro ejemplo: una imagen de juventud de Juan Carlos I, rey emérito, y su hermano Alfonso de Borbón. Asociación automática. Alfonso murió de un disparo en la cabeza atestado por su hermano de forma accidental en una residencia real en Estoril, en 1956. Contaba con 14 años de edad. La historia ha sido motivo de un sinfín de teorías de la conspiración (si fue a propósito o no), pero el meme funciona porque sólo sugiere.
Así con un sinfín de casos (Courtney Love y Kurt Cobain, los padres de Madeleine McCann, OJ Simpson y Nicole Brown, etcétera). El significante, el meme en sí mismo, es incensurable. Primero porque es una imagen; segundo porque no dice nada punible. Sólo asocia ideas. Es el significado el que lo convierte o bie en una herramienta de pura diversión (George Lucas como el "video", Star Wars y sus precuelas como el "radio star") o de ironía macabra.
En el camino, la génesis de "Video Killed the Radio Star", el meme, explica las numerosas barreras que Twitter u otras redes sociales tendrán que afrontar a la hora de limitar el alcance de los discursos de odio (o las difamaciones y dudosas acusaciones de asesinato). No sólo por cuestiones técnicas, sino por el sinfín de matices interpretables que se pierden en el camino. Y ante los que la censura requiere de una delicadeza de la que suele adolecer.
En septiembre, Twitter se remitía a una definición elaborada por Susan Benesch, investigadora en la materia, para catalogar la "deshumanización": "Describr a otras personas en modos que niegen o disminuyan su humanidad". De forma más amplia, el término se refiere a ejercicios de expresión que puedan incitar a la violencia contra determinados grupos o individuos. Es un fenómeno real y, en ocasiones claramente identificable.
Los cambios introducidos por Twitter han invertido los roles en la lucha contra los discursos de odio. Con anterioridad, los mensajes agresivos o violentos (el ejemplo más elemental: "los judíos son basura y merecen morir") sólo podrían ser censurados si se referían a una persona o usuario en concreto. A partir de ahora no. Los memes de "Video Killed The Radio Star" podrían caer en esa categoría, dado que en ocasiones apuntan hacia meras sospechas y avivan la demonización de ciertas figuras.
De ahí que resulten tan desasogantes (y divertidos, en función de los límties que cada uno marque al humor), y tan complejos para los mecanismos de censura de Twitter. Como han apuntado nuestros compañeros de WatMag, añaden una capa de significado superior a los chistes tradicionales que pusieron en la picota a Guillermo Zapata o Nacho Vigalondo. Juegan con el humor negro remitiéndose a una canción inocente.
El problema para Twitter es grande: hace algunos meses observábamos cómo era incapaz de diferenciar entre los "te mato" reales, las amenazas de muerte, y e "te mato" en sentido figurado, una expresión coloquial muy utilizada. El algoritmo y el encargado de diseñarlo era incapaz de superar una elemental capa de significado no-literal. Para un censor, hay pocas cosas más complejas de controlar.
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 0 Comentario