Vigo ha tenido que amenazar con multas para frenar la nueva amenaza de sus playas: los terratenientes del cortavientos

  • La playa más popular de la ciudad se ha visto "colonizada" por bañistas que la parcelan

  • El Ayuntamiento les ha recordado que se arriesgan a sanciones que pueden llegar a 1.500 euros 

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A la playa se va a disfrutar, darse chapuzones refrescantes, comerse un buen helado y con suerte (y protección solar) coger algo de color antes de que llegue el otoño. A todo eso hay bañistas que le suman algo más: el "espíritu terrateniente". Quizás lo hayas visto en alguna visita a los arenales. O quizás no. El caso es que hay quien al llegar a la playa no se contenta con extender su toalla y clavar la sombrilla. Con ellos llevan cortavientos, lonas, varillas e incluso mesas plegables. Todo un arsenal que les permiten montar parcelas "privadas" a unos metros del agua.

En Vigo ese hábito ha generado un enorme un revuelo considerable.

Tanto, que el Ayuntamiento de Abel Caballero ha dicho basta.

Veraneantes con alma de colonizador. Una imagen vale más que mil palabras. Y las que han circulado a lo largo de los últimos días por redes sociales, como esta de Hormigón Celeste o esta otra compartida en X por @inception1923 y en TikTok por Konexión Kallejera hablan de forma bastante elocuente.

Ambas muestran estampas y enfoques distintos, pero que básicamente son lo mismo: bañistas de la playa de Samil, una de las más amplias y populares de Vigo, que en vez de contentarse con plantar una sombrilla en la arena, extender la toalla y quizás cargar con una pequeña tumbona, montan auténticos "mini fuertes".

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¿Qué hacen exactamente? Acotar una parcelita de playa —en algunos casos incluso sobra el diminuto— con cortavientos, lo que en la práctica equivale a crear parcelas "privadas", espacios acotados para que los disfruten solo quienes están dentro. Exactamente igual que una playa privada, solo que en mitad de una playa pública y concurrida. El método es aparatoso, aunque no demasiado complicado: despliegan las lonas marcando así un recinto acotado y se instalan dentro.

¿Cómo? En una de las imágenes que citábamos antes se ve por ejemplo una "parcela" cerrada con una sombrilla abierta, cuatro tumbonas y lo que parece una mesa plegable. Otra, todavía más llamativa, muestra un grupo de personas entre media docena de sombrillas, mochilas, toallas, algún que otro hinchable y carritos.

"Me voy a volver absolutamente loco. Es todo lo mismo. No me entra en una foto", cuenta @konekallejera, incrédulo, mientras comparte en TikTok un vídeo en el que se ve una amplia superficie de playa delimitada por cortavientos. En su interior, aislados del resto del arenal, hay adultos y niños jugando y tomando el sol.

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De la arena, a las redes… No ha sido el único en reflejar su asombro en las redes, donde las imágenes de las "parcelas privadas" de playa han generado un chorreo de reacciones. En X hay quien advierte de que se trata de "una ocupación totalmente desproporcionada del espacio público", quien asegura que escenas así se repiten en otras playas de las Rías Baixas o la costa portuguesa, quien aboga por que se apliquen multas para disuadir a los bañistas y quien optar por echar mano del humor y la ironía: "Dentro de poco escrituran las parcelas en el catastro".

En las redes y algunos medios locales se desliza que el uso de cortavientos es relativamente habitual en algunas playas ventosas de la vecina Portugal, donde los bañistas los utilizan para protegerse de las rachas. Al menos hasta ahora era menos frecuente encontrarlos en las playas del sur de Galicia. Samil, por ejemplo, está en plena Ría de Vigo, un entorno más protegido de las inclemencias y que en verano recibe miles de bañistas tanto de Vigo como del resto de Galicia, España o turistas extranjeros atraídos por otros reclamos de la ciudad, como las Islas Cíes.

…Y de las redes a la política. Tal revuelo generaron las imágenes de las "parcelas" de Samil que en la polémica acabó mediando el Ayuntamiento. Ayer el alcalde de Vigo anunció que ante la "proliferación repentina" de cortavientos en la principal playa de la ciudad, el Consistorio ha puesto en marcha "un operativo de información". El objetivo: advertir a los bañistas que pasarse de la raya y acomodarse como si estuvieran en su jardín puede salirles caro. Mucho.

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¿Hay multas? Sí. Por si quedasen dudas, el Ayuntamiento de Vigo se ha encargado de recordarlo. En un comunicado publicado en su web oficial, el Gobierno de Abel Caballero precisa que usos de cortavientos como los que se han visto en los últimos días en Samil están "prohibidos" por la ordenanza de 2021 que regula el uso de las playas. E insiste: "Las multas por el uso de estos dispositivos se sitúa entre los 751 y 1.500 euros". Para evitar sorpresas desagradables, la Policía Local se acercó ayer por la mañana al arenal para advertir a los bañistas.

"La normativa prohíbe que haya obstáculos para que el personal de socorrismo y salvamento puede actuar. Tratamos de arreglarlo sin imponer sanciones, pero si esto continúa a partir de mañana, impondremos multas", advierte el alcalde.

La clave, insiste, es que los usuarios que despliegan las lonas no lo hacen para protegerse del viento, sino delimitar y reservar espacios que aprovechan como si de pequeñas parcelas privadas se tratara. "Es gente que no conoce la normativa, pero seguro que empatiza y desaparece esta situación", concluía el primer edil.

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¿Un caso único de Vigo? Durante una entrevista en el programa 'Mañaneros', Caballero insistió en que lo de los 'colonizadores' de playas "no es una costumbre" habitual y que el fenómeno "apareció este año". Recalca además que el problema se "circunscribe" a Samil y que en otras playas del municipio, incluida el popular arenal de Rodas, en las Isles Cíes, no es habitual ver cortavientos.

En redes hay algún usuario que asegura haberlos visto en otros puntos próximos de las Rías Baixas. Sea o no así, lo innegable es que la polémica en torno a los bañistas que acaparan playas no es exclusiva de Vigo, ni siquiera de Galicia.

"La guerra de las sombrillas". En el ayuntamiento de Torrox, Málaga, se aplican multas a quienes recurren a sillas y sombrillas para reservar desde bien temprano y durante horas los mejores lugares de las playas sin que sus dueños estén disfrutando realmente del arenal. Las sanciones llegan a 300 euros.

"Lo que prohibimos es la reserva de espacios, esas personas que cogen la primera línea a las siete de la mañana y no llegan hasta la una de la tarde o aquellos que la colocan al mediodía y no vienen hasta las siete de la tarde", explicaba hace poco a EFE el alcalde, Óscar Medina. En Málaga incluso se utiliza una expresión propia, la “guerra de las sombrillas”. La saturación de bañistas en los arenales también ha obligado a Benidorm a tomar medidas. En su caso, para garantizar pasillos de seguridad por los que puedan moverse los servicios de emergencias.

Imagen | Wikipedia (HombreDHojalata)

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