Lo que comenzó como un suceso aislado en un barrio deprimido de Palma de Mallorca ha derivado, tres meses después, en una red de prostitución de menores extendida a lo largo de toda la isla. La violación múltiple denunciada por una adolescente durante la pasada Nochebuena ha destapado un escándalo mayor de proxenetismo y explotación sexual en los centros de acogida públicos de Baleares.
Un escándalo que recomponemos aquí.
¿Cómo empezó? Con una violación grupal el pasado 24 de diciembre en el barrio de Corea, en Palma. La víctima, de 13 años, fue confinada por un grupo de seis hombres y otra mujer, todos ya detenidos, en un piso y sometida a prácticas sexuales sin su consentimiento. La menor denunció los hechos al día siguiente, acompañada por una psicóloga, y las primeras detenciones se realizaron el 8 de enero.
¿Qué desveló? Lo que numerosos trabajadores sociales de Palma llevaban denunciando durante años, según Diario de Mallorca: que algunas adolescentes acogidas en centros del Instituto Mallorquín de Servicios Sociales (IMAS) son captadas por redes de prostitución de menores. La víctima de la violación múltiple de Nochebuena confesó que, horas antes, otro grupo de hombres había tratado de explotarla sexualmente.
¿Cuántas? La noticia y la investigación abierta por la Policía Nacional obligó al IMAS a reconocer que al menos 16 menores bajo su responsabilidad habían sido prostituidas por redes criminales. Fuentes internas de los centros de acogida denunciaron en los medios la ausencia de protocolos fiables para poner fin al problema, la carencia de vigilancia y seguimiento a los menores y cierta dejadez de la administración.
¿Por qué? El IMAS es responsable de 359 menores de edad en todo el archipiélago, de los cuales 278 son adolescentes. Todos ellos provienen de familias sin recursos que entregan su tutela al gobierno de las Islas Baleares. Los adolescentes residen en centros públicos, pero cuentan con cierta autonomía, ya sea acudiendo a la escuela sin supervisión o disfrutando de horas de ocio libres en las calles de Palma.
Lo trabajadores llevan años alertando sobre la ausencia de control fuera de los centros. Muchas menores regresan con grandes cantidades de dinero o regalos. A veces son captadas por hombres menores de edad provenientes de los mismos centros. Como explica una fuente en Diario de Mallorca, se trata de un contexto complejo fruto de la exclusión social (el barrio de Corea es uno de los más depauperados de Palma):
Muchas de las niñas acogidas en centros de protección han tenido una iniciación sexual prematura y problemática (...) Y en el centro se encuentran con otras menores que las introducen en este ambiente, que se podría definir como preprostutición. Son menores muy vulnerables, que inician relaciones con chicos que les proponen los primeros escarceos con la prostitución y con la droga.
Investigación. El escándalo ha motivado la participación de oficio de la Fiscalía. Según las autoridades, los casos investigados no tienen conexión entre sí y a menudo surgen de la iniciativa de hombres o grupos de hombres aislados.
Según el IMAS, sus manos están atadas. Los adolescentes disfrutan de un régimen abierto y no tiene para gestionar o limitar las actividades de los menores fuera de los centros. Al parecer, los casos se han multiplicado durante los últimos años, llegando a afectar a casi la totalidad de las menores en algunos centros de acogida. Un problema a la que la violación grupal de Nochebuena ha dado luz.