El Comité Internacional de la Cruz Roja acaba de publicar un estudio sobre las impresiones de los millennials (aproximadamente entre 20 y 35 años) sobre diferentes aspectos de los potenciales conflictos armados y políticos a nivel mundial. No lo llevan bien. Estos jóvenes y no tan jóvenes están carcomidos por una visión pesimista del futuro próximo. Entre otras, temen ver la repetición de un Hirosima antes de 2030.
Se trata de un estudio realizado por Ipsos encuestando a 16.000 sujetos de la llamada generación millennial y provenientes de 16 países de muy diferentes realidades, como Francia, Siria, Sudáfrica, Rusia, Malasia o Ucrania. Es decir, se ha tenido en consideración a personas tanto de países en paz como en algún tipo de conflicto armado. La conclusión es que el 54% de ellos cree que “es muy posible que se produzca un ataque nuclear en la próxima década”. Además, aunque un 46% no lo ve así, otro 47% sí cree que llegará a ver la Tercera Guerra Mundial antes de morir. Son unas respuestas extremadamente pesimistas.
Jóvenes y mayores: otro estudio de 2018 conducido por el Foro Económico Mundial y entrevistando a 1.000 personalidades mundiales de más alto nivel (empresarios, políticos y expertos) también concluyó que la guerra nuclear era la principal amenaza para la estabilidad mundial del presente, seguido de los ciberataques y los desastres medioambientales. El miedo nuclear, que parecía haber perdido su pegada en las últimas décadas, está de vuelta.
WORLD WAR III LOL: si nos vamos a las últimas tendencias en Tiktok y Twitter nos encontramos con el trend “reclutamiento para la Tercera Guerra Mundial”. Miles de jóvenes en su habitación compartiendo bromas entre sí sobre todo lo que les quedará por descubrir en la vida (en su mayoría relacionados con el sexo, evidentemente) ahora que Estados Unidos tiene un plan (no) para atacar a Irán y originar el principio del final de todo. Estos vídeos se leen casi como un desahogo expiatorio ante esa ansiedad por la falta de control y seguridad en el futuro de sus vidas.
¿Pero por qué esta obsesión? ¿A qué viene esta angustia? Puede hacerse un recorrido lineal desde los baby boomers hasta la generación Z mostrando cómo las generaciones han ido volviéndose progresivamente más aprensiva, con mayores índices de ansiedad y depresión. Hay quien culpa a los móviles; hay quien lo achaca a la sobreprotección educativa; quien habla de agravio comparativo (los boomers vivieron mejor que sus padres, mientras que millennials y Z todo lo contrario); los que culpan a unos medios de comunicación que, por estructura del ecosistema informativo, están infundiendo cada vez más miedo en un mundo que es cada vez más seguro.
La larga paz: porque esta es la realidad, en occidente el mundo es hoy un lugar más seguro de lo que lo ha sido en ningún otro período histórico, hay cada vez menos personal militar y menos personas mueren a causa de conflictos armados. Según los analistas, éstos han dejado de ser una opción sexy para ganar algo para la mayoría de países. Poseer un trozo más o menos de tierra ya no es tan relevante como lo era hace 200 años. El foco de conflicto se ha desplazado a otros terrenos políticos y económicos.