#WhiteWednesdays: así están luchando las mujeres iraníes para liberarse del hijab obligatorio

Un palo, un trapo y un hashtag. #WhiteWednesdays es el nuevo movimiento del feminismo iraní, se ha cobrado ya 29 detenidas y cada día que pasa gana más adhesiones.

Las mujeres iraníes, especialmente las universitarias y de clase baja, llevan dos meses saliendo a las calles para mostrar su rechazo a la imposición del velo o hijab. Forman parte de un movimiento más grande, la campaña #MyStealthyFreedom, que se creó hace tres años para mostrar el ansia de recuperación de las libertades sociales que el régimen de los ayatollah les arrebataron.

Vida Movahed, la precursora de los últimos gestos del "White Wednesdays". Días después de la toma de esta imagen fue detenida.

Chicas con melena al aire en la plaza de su ciudad, conduciendo el coche o paseando por el campo pueden verse en redes sociales. Muchas de ellas imitan el vídeo de diciembre que prendió la llama de la indignación, la activista Vida Movahedi sujetando su velo blanco en un palo en mitad de una calle concurrida.

Aunque la creadora del movimiento #MyStealthyFreedom fue la activista y periodista iraní Mashi Alinejad, desde hace casi una década exiliada. Por supuesto, y como explica Alinejad, su objetivo va más allá de derogar la imposición del uso del velo: "estamos luchando contra el símbolo de opresión más visible, [diciendo que] ya basta, es el siglo XXI y queremos ser nosotras mismas". "Hace 40 años que hay mujeres que protestan contra esto. Pero esta vez parece distinto. Soy optimista de que algo va a cambiar".

Se cuentan ya por decenas las detenidas por realizar este acto de desobediencia civil, según confirma la policía del país. La estricta ley islámica que Irán aplica desde la revolución de 1979 obliga a las mujeres a cubrir su pelo con un hiyab y a vestir ropa larga y holgada siempre que se encuentren en un espacio público. Como se ve también en muchos de los mensajes, en los que suelen aparecer mujeres de distintas generaciones, no quieren derogar la prenda, sino convertirla en una elección propia que no conlleve sanciones legales o de ningún otro tipo.

Como ya explicamos, las iraníes, así como otras mujeres del mundo musulmán, no siempre han vestido con modestia. Fue tras la caída del sha y los nuevos movimientos musulmanes y antiimperialistas (y mayoritariamente apoyados por la población civil del momento) los que vieron en la reinstauración de la sharia una oportunidad de defender sus señas culturales frente a occidente.

Pero pese a la imposición, su aplicación se ha ido relajando y desde hace años puede verse en las calles de las grandes ciudades a las menos religiosas llevando ropas más ceñidas, piercings y buena parte del cabello al descubierto. Sería la eliminación de ese último punto, el hijab obligatorio, la última frontera estética a salvar y por la que luchan simbólicamente estas mujeres.

Desobediencia general: las protestas de los últimos meses contra el gobierno

Las protestas feministas de estos meses se enmarcan también en el amplio descontento social de buena parte de la población, que lamentan la crítica situación económica por la que está pasando ahora mismo el país.

Estudiantes protestando contra el gobierno iraní en diciembre de 2017.

Uno de cada cuatro iraníes vive por debajo del umbral de la pobreza y el 29% de los ciudadanos está en paro mientras el clero, los altos funcionarios y una clase alta cada vez más rica viven cómodamente sin sufrir las consecuencias de sus últimas políticas de austeridad. El presidente Hassan Rohani, el líder Alí Jameneí y el régimen se han convertido en el símbolo de la represión, de ahí que hayan tenido lugar multitudinarias protestas antigubernamentales.

Quieren "Independencia, libertad, república iraní", como coreaban disidentes en las imágenes difundidas por Telegram. Por su parte el Gobierno prohíbe manifestaciones, detiene a cientos de personas y achaca todos los males actuales a la influencia política estadounidense e israelí, ejes que alientan a estos manifestantes que, según el discurso oficial, es minoritario. Por el camino, ya hay confirmados al menos 20 muertos.

Lo que tenemos es otra sacudida social con señas parejas a la de la Primavera Árabe: jóvenes protestando por el clima social de Oriente Medio y valiéndose de las redes sociales para propagar discurso y apoyos, razón por la que las autoridades de Teherán están restringiendo el uso de Whatsapp, Telegram e Instagram. Pese a todo, algunos mensajes como los de las mujeres del #WhiteWednesdays consiguen sortear la censura.

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