Raphael Samuel tiene 27 años, todos y cada uno de ellos en contra de su voluntad. El hombre, natural de la India, ha tenido una idea aparentemente revolucionaria: llevar a juicio a sus padres por haberle traído a este mundo. Samuel es un antinatalista, en toda la extensión del término, y ha logrado hacer de su extravagante lucha un hito viral.
¿Por qué? En sus propias palabras: "No fue mi decisión haber nacido". Samuel considera la existencia una pesada carga que ningún ser humano debería tener derecho a compartir. "La humanidad no tiene sentido. Tanta gente sufre. Si la humanidad se extinguiera, la Tierra y los animales serían más felices. Ciertamente vivirían mejor".
Si el mundo es dolor y sufrimiento, ¿bajo qué código moral puede nadie traer a más humanos a este mundo?
La demanda. Según relata la BBC, los padres se lo han tomado con humor. Ambos son abogados. El recorrido juidicial de Samuel es bastante incierto: debe demostrar que sus padres no solicitaron su consentimiento antes de alumbrarle. Lo cual es virtualmente imposible. Por el momento, la historia tan sólo ha tenido éxito en las redes sociales, no en los juzgados.
La filosofía. No está solo. Las ideas de Samuel, si bien torpes y algo deslavazadas, brotan de una corriente filosófica llamada "antinatalismo". Su máximo exponente contemporáneo es David Benatar, merced a su libro Better to Not Have Been. En él, Benatar describe la existencia humana como un insoslayable cúmulo de sufrimientos y pesares.
La vida sólo puede ser soportada, jamás disfrutada. Y por tanto arrogarse el derecho a expandirla (es decir, a tener hijos) es moralmente reprobable. Benatar bebe de filósofos como Schopenhauer y Mainländer y de una larga corriente de pensamiento centrada en la prevención del suffrimiento. Ha ganado cierta tracción mediática durante los últimos años.
Su éxito. ¿El fin último del antinatalismo? La extinción humana, como es comprensible. No a través del suicidio (figuras como Samuel consideran que, una vez sobre la Tierra, la muerte no es deseable), sino del colapso de la fertilidad. Si atendemos a ciertas corrientes demográficas, puede que su futuro idílico esté más cerca de lo aparente.