Lo hizo en menos de dos segundos, cuando en junio de 2013 Dave Hax subió un vídeo en el que enseñaba a doblar una camisa en tiempo récord. En realidad, no fue ni el primer ni el último "how to", pero sí el que eligió Youtube para el abecedario con el que celebraba su décimo aniversario hace unos meses.
"Cómo arreglar", "Cómo hacer", "Hazlo tú mismo", "How to", "DIY". Términos de búsqueda que cada año crecen un 70% y que, sólo en Estados Unidos, supusieron 100 millones de horas de visionado durante el primer trimestre del año. Más de 135 millones de vídeos-manuales para todo, donde gente normal y expertos comparten su sabiduría para que cualquiera pueda hacer cualquier cosa.
Literalmente. O eso piensan los millenials: "el 67% están de acuerdo en que pueden encontrar vídeos en Youtube sobre cualquier cosa que quieran aprender a hacer", según contaba David Mongensen en un artículo de Think with Google. El texto también desvela otras características interesantes: el 91% de los usuarios de smartphones acude a Internet mientras realiza una tarea.
Aunque no sabemos si también para la más buscada que ha registrado Youtube en estos últimos tres años: "cómo besar". Pero tiene su lógica. Se supone que aprendemos de tres formas: visual, auditiva y kinestésica (escribir a máquina, por ejemplo). Y un tutorial de Youtube cumple cualquiera de las tres.
Puedo hacerlo solo
Esto es lo que me sugiere Youtube, por ejemplo: un mundo de cosas de las que encargarme yo mismo, en mi casa, que van desde mi propio cuerpo -si algún día me dejo rastas, sé que puedo confiar en Internet- hasta aspectos realmente necesarios para mi vida, como el mando de PS3.
Pero también se produce otro fenómeno: nos sentimos cómodos aprendiendo de vídeos como el anterior, donde el que explica cómo hacer las cosas titubea, casi se olvida piezas y demás. Una sensación común a tantos vídeos de hazlo-tú-mismo que explicaba Anabel Quan-Haase, directora del Laboratorio Sociodigital de la Universidad de Western Ontario a Global News:
"Puedes verte reflejado en estas personas. Puedes verte en el lugar de esa persona y ser capaz de reírte de ti mismo al resolver el problema".
Es decir, Youtube ha desterrado al manitas, ese ultraser que armado con una caja de herramientas y conocimientos adquiridos no se sabe dónde, se plantaba en tu casa dispuesto a una labor titánica: cambiar el grifo que gotea. Una tarea para la que hace 10 años no tenía sustituto posible.
El manitas en los 90. Representación libre.
Hoy, cualquiera armado con un smartphone puede buscar el vídeo de grifos que gotean que mejor entienda y sentirse autosuficiente. No sólo eso: los propios vídeos sirven para bajar a la ferretería, ese intimidante lugar habitado por cosas de metal que no sabemos cómo se llaman, poner el móvil delante de quien te atienda [BRICONSEJO: no olvides saludar y pedir las cosas por favor] y señalar con el dedo a la pantalla. Enhorabuena, Youtube: has convertido la vida real en algo muy parecido a Windows.
Salirse de la norma
Pero es sólo la punta del iceberg. ¿Queremos montar un mueble? Hay alguien en Internet que lo ha hecho por ti y te lo va a enseñar. Ya sea montando una Lack de la forma más complicada posible,
o de la más alucinante:
Y, aún así, se quedan cortos. Porque algo asociado a esa cultura del hazlo-tú-mismo es salirse de lo establecido. Youtube está lleno de "hacks", vídeos en los que explican cómo transformar el mueble en otra cosa, o construir uno desde cero con materiales reciclados. Por ejemplo, convertir esa Lack de antes en una caja de luz para fotografía:
No enterremos al manitas todavía
Lo curioso es que el artículo de Mongensen del principio iba dirigido a empresas. Y muchas de las que ofrecen servicios profesionales son las mismas que suben tutoriales de esos mismos servicios. En el caso de los móviles, por ejemplo, gran parte de los vídeos de "cómo arreglar móvil XXX" son de la propia gente que los repara. Pero es algo ventajoso para ellos: te quedas con el nombre de su empresa, puede que les adquieras a ellos los componentes si te animas...
O, como es mi caso, puede que te lo pienses dos veces al ver toooodo el trabajo que requiere cambiar la pantalla de mi Note 3. Y, sin embargo, es posible que lo que haga después es entrar en ifixit.com y otras páginas para aprender más a fondo. Youtube es sólo un primer paso hacia comunidades más extensas y especializadas.
Youtube también sirve como plataforma a los que están varios niveles por encima. Como Tony Swatton, que ha estado explicando cada semana cómo recrear espadas legendarias del cine y los videojuegos. Eso sí, él tiene una forja profesional y es un maestro artesano. Es tan lo más que, aunque ni yo ni nadie vayamos a fabricar nunca la Espada Maestra del Legend of Zelda, es casi imposible no mirar sus vídeos hipnotizado:
Pero, para la vida cotidiana (los grifos, las corbatas, las ideas de aprovechar el espacio en casa, los mandos de las consolas, las pequeñas reparaciones, todas esas cosas que no podía ni plantearme en vídeo hace una década y algo), Youtube es todo lo que cualquiera puede necesitar. Porque el manitas clásico no ha desaparecido: se ha democratizado gracias a Internet.
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