¿Qué quieres ser de mayor? La pregunta ha resonado en el tímpano de cada niño nacido desde mediados del siglo pasado ha nuestros días. Vamos a pasar la mayor parte de nuestra vida trabajando, por lo que parece pertinente. En 2016, Adecco planteó a miles de niños la misma pregunta, tal y como venía haciendo en años precedentes. En aquella ocasión descubrió algo llamativo. Entre la retahíla de profesiones habituales (policía, bombero, médico) se había colado una inesperada.
Youtuber.
Cuatro años después, la figura del comunicador de YouTube, profesional del entretenimiento, goza de una destacada aceptación social. Atrás quedaron los años del ridículo y el estereotipo. Hoy ser youtuber abre una ventana de oportunidad a un negocio creciente, si bien no exento de problemas. Se puede ganar mucho dinero, como unos pocos hacen, pero también se puede lidiar durante largas temporadas con las exigentes y draconianas condiciones de la plataforma. Un trabajo como cualquier otro.
Pero como quiera que la imagen original del youtuber quedó consagrada a creadores como El Rubius, de lucrativos contratos y rendimientos económicos, son miles los chavales que aún hoy sueñan con ganarse la vida frente a la pantalla. Que han sustituido al futbolista por el maestro de Fortnite, profesión a su vez cada vez más rentable. ¿En quién se están fijando? Este gráfico elaborado por Top Dollar ilustra cuáles son las figuras más populares en cada país del mundo.
En España, no hay ninguna duda: El Rubius, con más de 36 millones de suscriptores en todo el mundo. Su canal se cuenta entre los cuarenta más seguidos del mundo y acumula unos 8.000 millones de visionados. Más allá de los nombres anglosajones, YouTube es un lugar donde las barreras idiomáticas aún imperan. Y donde la mayoría de estrellas nacionales (los Rubius de cada país) nos son en muchos sentidos desconocidos, ya sea HaerteTest (Alemania, 19 millones), Squeezie (Francia, 15 millones) o TheBrianMaps (Rusia, 14 millones).
Todos ellos conforman la élite de YouTube, al menos a escala local. El 1% de cada país. El espejo en el que se miran todos los niños que desean ser youtubers en el futuro, reflejos de un éxito que es tan esquivo como en cualquier otro sector repleto de competencia y exigencia. Por más que el contenido de algunos canales (en su mayoría entretenimiento o videojuegos, pero con un enorme peso del contenido infantil) pueda resultar trivial o banal. Una profesión en cualquier caso ya universal.
El mapa se puede ver en alta resolución aquí.
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