Desde mediados del siglo pasado la tecnología ha permitido reducir el tamaño de los componentes y las estructuras necesarias para crear todo tipo de objetos. Esto ha resultado no solo dispositivos más rápidos, también pequeñas obras de arte a escala reducida que en otros tiempos habrían sido impensables.
Mediante técnicas de impresión 3D y microscopios, tanto ópticos como electrónicos, múltiples artistas e investigadores han logrado crear representaciones de lo más variopintas. Esto ha llevado incluso a la existencia de premios de fotografía a escala nano como los Nikon Small World que llevan entregándose desde 2011.
Estas son algunas de las representaciones de lo que es posible hoy en día realizar mediante estas técnicas de miniaturización y precisión. Una pequeña muestra, valga la redundancia, de esculturas y creaciones con un tamaño decenas o miles de veces más pequeñas que el cabello humano.
Edificios de 200 nanómetros
Desde el Instituto de Tecnología de Karlsruhe, Alemania, la startup Nanoescribe dispone de impresiones 3D que logran imprimir arquitecturas y estructuras de edificios como la Torre Eiffel o el Taj Mahal a escala micro o incluso nano. Es decir, figuras y representaciones que en su totalidad no superan el milímetro.
Los responsables de Nanoescribe describen que su 'Photonic Professional 3D Printer' está basado en litografía láser de alta resolución y mediante materiales fotosensibles logran imprimir allí donde quieren con una gran precisión.
Una guitarra que no suena de lo pequeña que es
El nivel de miniaturización alcanza niveles extraordinarios, hasta tal punto que es posible construir una guitarra, con todas sus cuerdas y formas, del tamaño de una célula de sangre. Desde la Universidad de Cornell, esta nanoguitarra tiene seis cuerdas con un grosor de únicamente cien átomos.
Tal es el nivel de precisión, que si pudiéramos tocarla de alguna forma las cuerdas sí vibrarían y producirían música. ¿El problema? Que a esos niveles la frecuencia no sería audible. Para poder construir esta estructura, se utilizó un sistema de interferómetros y fotolitografía.
La casa más pequeña del mundo
Con un área de 300 micrómetros cuadrados, esta nanocasa es la más pequeña del mundo y ha sido ensamblada por robots. Desde el Instituto Femto-ST y combinando tecnologías como inyección de gas y un pequeño robot maniobrable, se han podido instalar elementos como esta casa sobre una fibra óptica de alta precisión.
Trabajando directamente con una aguja y buena luz
Crecemos varias órdenes de magnitud para conocer el trabajo de Dalton Ghetti, un artista brasileño que mediante aguja, cuchillas y una habitación iluminada es capaz de modificar el grafito de los lápices para crear pequeñas obras de arte. Llama la atención como el artista no utiliza ni siquiera lentes de aumento, aunque sí explica que únicamente trabaja durante un par de horas al día para no cansar la vista.
El artista no vende sus obras, pero 49 de sus mejores creaciones se exponen en museos como el New Britain Museum of Americant Art.
Figuras de 0,005 milímetros
¿Es posible dibujar escenas como la Última Cena de Miguel Ángel en un grano de arena o sobre la cabeza de un alfiler? El artista británico Willard Wigan nos ofrece una completa colección de representaciones que solo se pueden apreciar mediante lupas de gran aumento.
Para realizar estas nanoesculturas, Willard utiliza bisturíes y material quirúrgico, además de un microscopio de laboratorio. El truco consiste en haber aprendido a mantener la calma, ralentizando la respiración para poder atinar. Cada estructura es cuestión de meses pero estos pequeños mundos le han servido para darse a conocer en museos como el Museum für Kunst und Gewerbe de Hamburgo.
El papel más fino
En esta recopilación de miniaturización y estructuras de diminuto tamaño también nos encaja el proyecto de Hidaka Washi, un especialista japonés en fabricar papel. Aquí, al contrario que en el resto de proyectos se apuesta por métodos tradicionales con más de mil años. Estamos ante un papel ultradelgado, una fina capa que museos y bibliotecas de alrededor del mundo utilizan para proteger ciertas obras de arte.
Nanobama
Hay retratos muy famosos aunque uno de los más peculiares es Nanobama. Mediante estructuras hechas con millones de nanotubos de carbono, John Hart, nos ofreció el rostro de campaña del ex presidente de los EEUU a tamaño reducido. Concretamente 0,5 milímetros. Más allá de lo llamativo, el objetivo de nanobama fue promocionar las posibilidades de la nanotecnología y sus posibles aplicaciones a campos como la energía, la medicina o las telecomunicaciones.
El mundo microscópico ha recibido muchos premios
Cristales, moléculas o pequeñas estructuras artificiales como las que hemos ido viendo. El mundo microscópico ha recibido muchas miradas y la cantidad de pequeñas obras de arte o fotografías que muy amplio. Entre las imágenes que nos ha dejado la nanotecnología nos quedamos con nanoman, un pequeño duende creado mediante un microscopio de efecto túnel en la Universidad de Birmingham.
Una figura que nos inspira que la complejidad no está reñida con lo pequeño. Un mundo en miniatura que a medida que pasen los años y se perfeccionen estas técnicas nos irán dejando más y más imágenes, proyectos y estructuras que parecen salir de nuestra escala habitual, pero son centenares de veces más pequeñas.
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