Tras muchos rumores que daban casi por ejecutada la compra de GitHub por parte de Microsoft, ha llegado la confirmación oficial, y con ella, las primeras reacciones desde el mundo del desarrollo. En principio, Microsoft ha manifestado su voluntad de que GitHub siga operando de forma independiente, manteniendo su marca y sin cambiar su filosofía open source. Algo que entronca en la "nueva" Microsoft de Satya Nadella, de menos Windows y más nube, menos smartphones intrascendentes y más inteligencia artificial, menos echar pestes del código abierto y más colaborar con él.
Esto no parece haber sido suficiente para una cantidad de desarrolladores que no sabemos si es alta o es baja, pero sí sabemos que es lo suficientemente relevante como para haber provocado una oleada de opiniones que van en la línea de que es hora de marcharse de GitHub y abrazar GitLab, la principal alternativa. El motivo de fondo, el rechazo a Microsoft o el temor a que se pierda el espíritu de código abierto.
Es más: GitLab, el otro gran beneficiado de esta operación, ha abierto estos días una cuenta de Twitter destinada específicamente a ofrecer soporte a los desarrolladores que quieren migrar sus repositorios a su plataforma. En este gráfico publicado por la empresa podemos ver la evolución del número de repositorios importados. Se empezó a disparar con los primeros rumores de la compra por parte de Microsoft y ha alcanzado picos donde se multiplica por diez el ritmo habitual.
En GitLab también han estado rápidos para ofrecer descuentos del 75% en sus modalidades de pago más elevadas, todo sea por aprovechar al máximo este momento quizás único hasta ahora en forma de oportunidad de captación.
People are #movingtogitlab. New users can get 75% off on Gold or Ultimate for one year. https://t.co/HGB8tVWhW6
— GitLab (@gitlab) 4 de junio de 2018
Tampoco han dejado escapar la oportunidad de soltar una elegante pulla a GitHub en forma de carta de felicitación, congratulándose de que una operación así valida el interés por las comunidades de desarrolladores de software, al mismo tiempo que dejan caer la duda de si con esta operación se perderá esa filosofía open source, algo que aseguran que jamás ocurrirá en GitLab.
Como GitHub, pero sin Microsoft
Este despertar de GitLab le ha puesto en boca de muchas voces relevantes en la industria, algo que a su vez ha hecho que muchos desarrolladores quieran descubrir qué ofrece exactamente esta alternativa frente al que sigue siendo el poder establecido, GitHub.
Las diferencias principales de GitLab frente a GitHub: repositorios privados gratuitos, solución completa para todo el ciclo de desarrollo... y una comunidad mucho menor
GitLab nació en 2011 como un proyecto dentro de GitHub (creado tres años antes), y con el tiempo evolucionó para convertirse en una alternativa y completa, que proporciona repositorios privados de código gratuitos (GitHub solo los ofrece en su modo de pago) y ofrece una interfaz muy ligera y simple.
Se mantienen en ambas funciones como las wikis para la documentación o las gráficas con las que ver de forma simple la interacción de los desarrolladores al proyecto.
Eso sí: a cambio, perdemos la gigantesca comunidad de GitHub, al fin y al cabo quien marcó un antes y un después en la percepción del código como algo social. Con los datos de Usersnap en la mano, al menos a finales de 2017 no había color entre la cantidad de proyectos abiertos en una y otra plataforma. A falta de poder tener datos actualizados, sobre todo tras los primeros días tras la operación.
Hay algunas otras diferencias entre ambas, todas resumidas en la filosofía de GitLab de ofrecer una única solución completa para dar soporte a todo el ciclo de desarrollo: al contrario que GitHub, permite importar y exportar proyectos con una solución nativa, hacer un seguimiento temporal o acceder a un sistema de compilación sin recurrir a terceros. Todo esto no significa que GitLab no permite integraciones con terceros: sí las tiene, y a un nivel bastante similar al de GitHub.
En cualquier caso, este servicio iniciado por dos programadores ucranianos -Dmitriy Zaporozhets y Valery Sizov- en Ruby ya cuenta con 150 miembros que dan soporte a sus usuarios, entre los cuales se encuentran organizaciones del calibre de la NASA, el CERN, IBM o Sony.
Quien no ha dado tanto que hablar, pese al momento tan oportuno para hacerlo, es BitBucket, la otra gran alternativa a GitHub. Veremos si toma estrategias similares a la de GitLab en los próximos días.
En Xataka | Cómo y por qué se está usando GitHub más allá del software.
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