Podría ser el planteamiento de una película de terror: ocho hombres y siete mujeres se encierra en una cueva de Ariège (Francia) con la intención de pasar 40 días aislados sin más luz que la que puedan proporcionarse ellos mismos con un generador a pedales. Sin embargo, es un experimento para comprobar los efectos del aislamiento a largo plazo.
Un aislamiento, eso sí, bastante especial. Porque sin luz natural, ni relojes de ningún tipo, este proyecto llamado 'Deep Time' quiere explorar lo que ocurre cuando el tiempo desaparece de nuestras vidas.
Un reloj que se sincroniza con el mundo exterior
El cuerpo humano es una máquina complejísima en la que miles de procesos se suceden diariamente encajando unos sobre otros como engranajes de un reloj. De hecho, la metáfora del reloj se ha usado mucho a lo largo de la historia. Aunque, y esto es importante decirlo, se pare más a un reloj de cuerda que a un reloj atómico.
Por seguir con la metáfora, algunos cuerpos atrasan; otros, adelantan. Y, sea cual sea el caso, necesita del mundo exterior para "ponerse en hora" y regularse. No hacerlo, bien lo sabemos, no solo dispara la posibilidad de tener cáncer a medio plazo, sino que eleva el riesgo de desarrollar problemas inmunológicos, metabólicos, cardiacos, psicológicos y cognitivos.
Sin embargo, hay mucho que no sabemos sobre los mecanismos cronofisiológicos. En este sentido, 'Deep Time' acierta en que existe un vacío científico sobre los detalles de pequeño gran equilibrio. Y, seguramente, un experimento como este sería realmente interesante para estudiar los efectos de la "niebla atemporal" en el cuerpo y las psicologías humanas.
Desgraciadamente, 'Deep Time' no nos servirá. No es un experimento científico en toda la extensión de la expresión; de hecho, no estoy seguro de que (más allá de la idea general) el diseño de la investigación fuera el más indicado para obtener las respuestas que necesitamos. En Francia, sin ir más lejos, se ha generado cierto malestar precisamente por la falta de especialistas a cargo del proyecto.
Se trata, fundamentalmente, de una de esas expediciones que combinan el interés científico con el sentido del espectáculo (aunque, normalmente, predomina esto último). Sea como sea, los 15 valientes se encerraron en la cueva el 14 de marzo y saldrán el 22 de abril. Veremos entonces, si la oscuridad ha merecido la pena.
Imagen | David Garrido
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