"No todos los días se encuentra una nueva especie de gran simio", explica Michael Krützen de la Universidad de Zúrich. Y es cierto. Desde 1929 no encontrábamos una especie nueva. Pero ahí estaban, en las (cada vez menos) interminables selvas del norte de Sumatra. Tras 88 años de espera, estamos ante una de las noticias científicas del año.
Los tapanulis (Pongo tapaniluensis), que así se llama la nueva especie, viven en la reserva de Batang Toru y, según los cálculos de los investigadores, apenas quedan unos 800 individuos. Es decir, acabamos de conocerla y ya se trata de una de las especies de primate más amenazadas de la Tierra.
Los hombres perdidos de la selva
¿Cómo es posible que hasta ahora no hubiéramos descubierto unos 'animales' de metro y medio y hasta 80 kilos en uno de los países más poblados de la tierra? La explicación más evidente es que la selva es oscura y alberga horrores. Es decir, estudiar los bosques tropicales es una tarea financiera, logística y políticamente bastante compleja. Y, pese a eso, hace 20 años que sabíamos que esos orangutanes estaban allí.
En el 97, un grupo de investigadores de la Universidad Nacional Australiana se encontraron con una pequeña población aislada de orangutanes allí mismo, en Batang Toru. No obstante, los investigadores no encontraron nada interesante y dieron por sentado que se trataba de una simple población más de orangutanes de Sumatra. ¿Quién podía imaginar que se trataba de una especie nueva?
Nadie. Pero, en 2013, unos veterinarios encontraron un orangután macho malherido tras un enfrentamiento con los vecinos. Antes de iniciar los tratamientos para salvarlo, los especialistas realizaron varias radiografías y se dieron cuenta de que algo no cuadraba en ese esqueleto. Como explica Matt Nowak, del Sumatran Orangutan Conservation Programme, fue realmente sorprendente "ver que las características del cráneo eran muy diferentes de todo lo que conocíamos hasta ahora". ¿Era una enfermedad? ¿Una secuela de la agresión? ¿Una nueva especie?
El genoma orangután: una larga historia y un futuro complicado
Ese fue el pistoletazo de salida. Durante estos años un equipo de la Universidad de Zurich ha analizado los genomas de 37 orangutanes y han conseguido esbozar una historia evolutiva de estos grandes simios que consigue explicar qué hacía un orangután como ese en un lugar como aquel.
El relato de esa historia evolutiva, no hace falta ni decirlo, es una noticia excepcional: los tapanulis se separaron de los orangutanes de Borneo hace más de tres millones de años. Eso es muchísimo tiempo: apenas 700.000 años separan a las otras dos especies de orangutanes que conocemos. Es decir, los datos apuntan a que los tapanulis son, de hecho, descendientes directos de los primeros orangutanes que llegaron desde Asia continental antes de que Sumatra y Borneo se separaran.
Son la especie más antigua de orangután y también la más amenazada. Según los investigadores, solo hace falta que mueran ocho individuos cada año para que la especie acabe desapareciendo inevitablemente. Hablamos de especies de reproducción muy espaciada en el tiempo. Y, teniendo en cuenta que su hábitat está en serio peligro (los bosques de Sumatra se han reducido más un 60% en los últimos 30 años), el futuro pinta mal. Es muy posible que el descubrimiento llegue en el mejor momento.
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