Los diagnósticos genéticos se están popularizando gracias a empresas como 23andMe o MyHeritage. Por unos 100 dólares te permiten conocer tu ascendencia, posibles enfermedades hereditarias y otro tipo de información analizando el ADN de tu saliva, incluso puedes enviarla por paquete desde casa. Todo esto lo hacen con las herramientas que tengan en el momento de hacerte el análisis, porque con el tiempo su precisión mejora, pero para que el cliente obtenga el diagnóstico más preciso debe pagar como si de una actualización de una app se tratase.
La investigación por parte de empresas como 23andMe o la comunidad científica es continua, por lo tanto, con el tiempo se van descubriendo nuevas relaciones entre el ADN y diferentes comportamientos del cuerpo, así como enfermedades. Estas relaciones están "escritas" en cierto modo en el ADN, pero hasta que no se descubren es imposible establecer la relación entre una cadena de ADN y una enfermedad determinada, por ejemplo. En consecuencia, un diagnóstico genético de 23andMe de hace un año puede estar incompleto o directamente equivocado. Pero los clientes esto difícilmente lo van a saber sin pagar por la "actualización" de su análisis de ADN.
Una cuestión de chips
23andMe, FamilyTreeDNa o MyHeritage entre otras compañías que venden diagnósticos genéticos directamente al consumidor utilizan un método llamado 'genotipado' para crear sus diagnósticos. En vez de secuenciar los más de seis millones de pares de bases de ADN, toman tan sólo partes concretas que saben que ofrecen parte de la información que buscan. De este modo sólo tiene que secuenciar unos cuantos cientos de miles de pares. Para analizar las áreas determinadas se utiliza un chip concreto, por lo que si se quieren analizar otras áreas del ADN porque se ha descubierto posible información relevante, se deberá cambiar el chip. En otras palabras, cuanto más reciente es tu prueba de ADN, más precisa y mayor es la información que obtienes.
Los chips que se utilizan de hecho ni siquiera los fabrican las propias empresas, sino que los compran al por mayor de empresas dedicadas a fabricar este tipo de matrices. Cada punto del chip registra una parte del ADN, por lo que cuanto más complejo es el chip, más capacidades tendrá para secuenciar el ADN en un porcentaje más alto. En realidad es como el procesador de un ordenador, cuanto más avanza la tecnología, más complejo es y más cosas puede hacer. Pero tienes que pagar para obtener el último procesador de ordenador.
23andMe actualizó por ejemplo su chip en 2017. El nuevo chip es capaz de ofrecer información más detallada sobre posibles enfermedades como el Alzheimer, el Parkinson o el cáncer de mama por ejemplo. Pero claro, los clientes que compraron la prueba de ADN previamente al nuevo chip no pueden conocer este nuevo diagnóstico a pesar de que ya han pagado por ello y 23andMe tiene su ADN.
125 dólares extra si quieres información más precisa de tu salud
Tal y como indica WIRED, muchos clientes se han quejado de esta política de 23andMe y han pedido a la empresa alguna forma de actualizar su diagnóstico genético, incluso se han presentado demandas de publicidad engañosa ante las autoridades. La solución de 23andMe pasa por ofrecer una "actualización" de pago para los usuarios que se hicieron la prueba con los chip en la versión 1, 2 y 3 (actualmente van por la versión 5 del chip).
Para conocer mejor la ascendencia el cliente tendrá que desembolsar 69 dólares de nuevo, para conocer mejor el informe de salud con posibles enfermedades hereditarias hay que pagar 125 dólares extra. La compañía indica que la actualización no debería afectar la precisión o validez de los informes generados en versiones de chips anteriores. Hay un pero y es que "en casos raros los resultados pueden cambiar".
Cambiar el chip no es sólo un coste extra para los clientes, también implica obstáculos para las empresas que compran las bases de datos genéticos de 23andMe o similares (la sexta farmacéutica más grande del mundo el año pasado por ejemplo). Generalmente compran los datos de diferentes bases para cruzarlos y obtener información relevante, pero si los nuevos chips secuencian partes que antes no se habían secuenciado... ya no se pueden juntar todos los datos comprados, hay que empezar de nuevo. Básicamente los nuevos avances dejan obsoletos los estudios obtenidos previamente.
El diagnóstico genético directa al consumidor parece seguir la misma tendencia que el resto de la tecnología de consumo: avances y mejoras continuas por las que hay que pagar para beneficiarse de ellas. A pesar de que el ADN no va a cambiar, lo que se sabe de él sí.
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