Uno de mis animales mitológicos favoritos es el anticonceptivo hormonal masculino sin serios efectos secundarios. Tras décadas de investigación, las distintas propuestas se han ido dando una y otra vez con la realidad: los sistemas reproductivos humanos son (demasiado) complejos como para jugar con ellos sin consecuencias.
De hecho, podríamos quitar lo de "masculino". Los expertos suelen decir que, con los estándares de seguridad actuales, la píldora femenina nunca se habría aprobado. Es más, ya a finales de los años 50, el enovid (la primera 'píldora') solo pudo sacarse al mercado como medicamento contra los trastornos menstruales. La FDA retuvo la aprobación hasta que la casa retiró las pastillas de baja dosis que podía usarse como anticonceptivo.
El asunto es que, por muy difícil que nos lo pongan, siempre volvemos a intentarlo. Esta vez en formato gel.
La búsqueda del equilibrio hormonal
Efectivamente. La semana pasada se puso en marcha un ensayo clínico financiado por el NIH norteamericano que estudiará a 240 parejas durante dos años para evaluar la efectividad y seguridad de un nuevo gel anticonceptivo masculino. Las parejas, jóvenes y sanas, provienen de siete países del mundo.
El medicamento está basado en unos viejos amigos, los progestágenos. Un grupo de hormonas que ya se usan en los anticonceptivos femeninos y que, desde hace tiempo, sabemos que pueden reducir la carga de espermatozoides hasta niveles indistinguibles de la infertilidad.
El problema (la razón por la que no se está usando) es que los progestágenos tienen otro efecto: hacen que la testosterona se derrumbe. Sin testosterona los hombres suelen sufrir varios problemas de salud, suelen coger peso y, sobre todo, suelen perder el deseo sexual. No es el mejor plan para un anticonceptivo, ya me entendéis.
Por eso, los investigadores llevan casi una década tratando de equilibrar las proporciones de progestágenos y de testosterona para conseguir una solución que reduzca los espermatozoides, pero que mantenga los niveles de testosterona. Hasta ahora ha sido como encontrar la cuadratura del círculo, pero puede que ya no.
¿Dará la talla?
Avalados por resultados previos, los 240 hombres del estudio tendrán que aplicarse el gel diariamente en brazos y hombros durante 20 semanas. Ese es el tiempo que se estima que llevará reducir la carga espermática al mínimo. Después de eso, pasarán un año si usar otro método anticonceptivo y seis meses más, ya sin aplicarse el fármaco, para comprobar que el recuento de espermatozoides vuelve a subir.
Según explicaban los investigadores en Gizmodo, durante estos años “nunca han tenido un evento adverso grave”. Si se confirma este punto, sería un bombazo, sí; pero un medicamento de este tipo, requiere mucho más que no tener efectos secundarios en el sentido médico de la expresión.
Por eso los investigadores van a estudiar las parejas en su conjunto y, sobre todo, cómo afecta el hecho de que el hombre tenga asuma el "control" anticonceptivo a las dinámicas de la relación. No sería el primer fármaco que fracasa por motivos "extrafarmacológicos".
Si todo va bien (y ya es mucho decir) a mediados de la próxima década podremos encontrarlo en las farmacias de todo el mundo. Veremos si son capaces de cuadrar el círculo de la anticoncepción masculina.
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