Cada vez más familias españolas cortan el frenillo lingual a sus hijos. Y muchos médicos creen que es un problema

Entre 2016 y 2021, las frenotomías crecieron un 65%. Cada vez hay más expertos que creen que tenemos un problema

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Hace unos días, el New York Times denunciaba el enorme "negocio de cortar lenguas de bebé" que algunos dentistas y consultores de lactancia estaban orquestando en EEUU. Hablaban de operaciones totalmente innecesarias a razón de entre 600 y 1000 dólares.

En esos términos, el asunto es terrible y rápidamente la polémica ha saltado también a España. Sobre todo, porque hay cirujanos que llevan tiempo denunciando que aquí pasa lo mismo.

¿En España? "Estamos realizando muchas frenotomías de forma innecesaria", explicaba Alberto Pérez, vicepresidente de la Sociedad Española de  Cirugía Pediátrica este diciembre en El Español. Y lo cierto es que las cifras parecen darle la razón. Según el Registro de Actividad de Atención Especializada que elabora el Ministerio de Sanidad, "el número de frenotomías en menores de un año pasó de 691 en 2016 a 1.132 en 2021; esto es, un incremento del 65% en cinco años".

Pero ¿Por qué les cortan las lenguas? La frenotomía es un tratamiento quirúrgico eficaz contra la anquiloglosia y, bien indicado, es una intervención recomendada por la Asociación Española de Pediatría.  La anquiloglosia (o lengua anclada) es un problema que ocurre cuando el frenillo lingual es anormalmente corto o poco elástico.

Es decir, cuando restringe demasiado los movimientos de la lengua. A medio plazo, esta anquiloglosia puede generar problemas de lenguaje y dentición, pero el motivo por el que suele detectarse es por las dificultades de lactancia. Al fin y al cabo, el frenillo corto dificulta un mal enganche al pecho materno.

No siempre son cosas relacionadas. Es lo que señalaba, Alberto Pérez en el reportaje de El Español, que es muy frecuente que ante un problema de lactancia se derive al niño directamente a cirugía pediátrica.

"Vemos que se está realizando, de forma generalizada, un sobrediagnóstico de la anquiloglosia como único factor causante de los problemas de lactancia", apuntaba  la cirujana oral y maxilofacial  Elena Gómez García en el mismo reportaje.

El boom de la lactancia materna. La relación entre el incremento de frenotomías y la lactancia no es gratuíta. En los últimos años (y en los últimos años) hemos vivido "un boom de leche materna". Tras décadas en los que la suplementación alimentaria y las leches de fórmula eran las "reyes" del momento, se ha producido una revalorización social de la lactancia materna.

Una revalorización quizá excesiva, de hecho. Tanto que no han faltado críticas a enfoques demasiado agresivos por parte de determinados grupos de matronas, pediatras y consultores de lactancia (rozando muchas veces la violencia obstétrica).

Y este contexto, el riesgo de que se sobredimensionen los problemas de enganche (al pecho) crece: el sobrediagnóstico del frenillo corto entra dentro de la ecuación. Al fin y al cabo, hablamos de bebés muy pequeños, momentos muy tensos y diagnósticos que requieren de personal bien entrenado.

Los datos del sobrediagnóstico. No obstante, si nos vamos a los datos, surgen dudas. Hay que recordar que en 2021 hubo 336.811 nacimientos en España y, según la Asociación Española de Pediatría, la anquiloglosia afecta a entre el 1,7% y el 4,8% de los recién nacidos. Es decir, que entre 5.725 y 16.166 recién nacidos se vieron afectados por anquiloglosia. Las frenotomías en menores de un año realizadas en la sanidad pública fueron 1.132. Seguramente si sumáramos la privada fueron muchas más, pero parece difícil que cambie el cuadro general.

Es verdad que no todas las anquiloglosias requieren de una intervención quirúrgica, pero teniendo todo eso en cuenta: aunque hay que reconocer el crecimiento de frenotomías y es posible que el sobrediagnóstico esté asociado al boom de la lactancia materna, cabe preguntarse si no había infradiagnóstico antes. Es decir, si la corriente contraria de hace unos años (la priorización del biberón) no ocultaba el diagnóstico precoz de este problema y acababa haciendo que se desarrollaran problemas en el futuro.

Como de costumbre, el problema es más complejo de lo que parece. La salud es un fenómeno social y, como tal, está atravesado de fenómenos irracionales que la afectan de lleno. Hace unos años se descubrió que series como Urgencias, Anatomía de Grey u Hospital Central tenían un impacto directo en las prácticas de los trabajadores sanitarios hasta el punto que algunas cosas que habían popularizado estas series aumentaba el riesgo de enfermedades nosocomiales.

Con la crianza, la pediatría y los cuidados también ocurre. Y mucho. El mundo se ha llenado de gurús de estos temas (y la realidad ya se ha encargado de demostrarnos que hay que tener cuidado con ellos). Pero también hay que ser cuidadosos con cómo comunicamos estas cosas. No hay que olividar qu sí hay niños que necesitan una frenotomía y que demonizarlas puede ser un problema.

El delicado equilibrio entre la verdad (la información) y el amor (los cuidados).

Imagen | Juan Encalada

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