Una cantidad "salvaje" de virus habitan las cedras de nuestro cepillo de dientes. Es una buena noticia

Muchos de estos virus están especializados en atacar a las bacterias que habitan en estos lugares

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El baño es un hervidero de microorganismos, pero no todos ellos son nocivos. Ni mucho menos. Algunos, como las bacterias que habitan en lugares como el cepillo de dientes son un simple reflejo de las que habitan en nuestro cuerpo. Pero ahora un análisis detallado de los virus que cohabitan con nosotros quizás pueda ayudarnos a combatir esas bacterias que sí resultan en una amenaza.

Cantidad “salvaje” de virus. Un nuevo estudio de la vida microbiana se ha topado con una enorme cantidad de microbios en dos objetos cotidianos de nuestro baño: el cepillo de dientes y el cabezal de la ducha. Algunos de los virus hallados en estos lugares eran incluso desconocidos para la ciencia.

Lejos de ser una noticia alarmante, el hallazgo puede tener consecuencias positivas. El motivo está en que algunos de los virus hallados se encuentran en la categoría de los bacteriófagos (o fagos), virus que infectan y destruyen bacterias, lo que los convierte en potenciales aliados terapéuticos.

“La cantidad de virus que encontramos es absolutamente salvaje,” explicaba en una nota de prensa Erica Hartmann, quien lideró el equipo responsable del trabajo. “Encontramos muchos virus de los que sabemos muy poco y muchos ostros que nunca antes habíamos visto. Es impresionante cuánta biodiversidad encubierta hay a nuestro alrededor (…), frente a nuestras narices.”

Nuestras casas, nuestro microbioma. En nuestro cuerpo habitan billones de bacterias, hongos y otros microorganismos que conforman nuestra microbiota particular. Parte de este microbioma se extiende a nuestro alrededor.

No resulta sorprendente que bacterias que habitan en nuestra boca puedan ser halladas en nuestro cepillo de dientes. Sin embargo el último análisis de la vida diminuta en nuestro entorno directo ha sorprendido a sus responsables por la magnitud y la diversidad en los microorganismos.

Fagos. Muchos de los virus hallados fueron fagos. Los baños son lugares donde pueden proliferar las bacterias, por lo que también puede ser un coto de caza ideal para los virus que las infectan y utilizan para multipilcarse.

Es en los fagos donde encontramos precisamente la buena noticia del estudio. Estos virus son una pieza importante en el futuro de la lucha contra las infecciones bacterianas. En una era donde las superbacterias (aquellas cada vez más resistentes a los antibióticos) nuevas formas de lucha contra las infecciones son imprescindibles.

Quizás alguno de los virus recién hallados pueda ofrecernos alguna pista sobre cómo luchar contra la proliferación de estas superbacterias.

Mircobioma en nuestros baños. El equipo estudió 96 cabezales de ducha y 34 cepillos de dientes. El análisis de los virus hallados mostró que, como cabría esperar, los viromas (la combinación de distintos tipos de virus) variaba entre ambos lugares. También observaron que los viromas de los cepillos eran más variados que los de los cabezales.

Esto se debe a los distintos tipos de bacterias que habitan en cada uno de los entornos. En el cepillo de dientes las bacterias tienden a ser las mismas que habitan nuestras bocas, mientras que en el cabezal de la ducha es más habitual encontrar bacterias que tienden a habitar los sistemas de agua.

Los detalles del trabajo fueron publicados en un artículo en la revista Frontiers in Microbiomes.

Proyectos encadenados. El estudio fue resultado de un proyecto anterior, surgido a su vez para resolver una duda: ¿qué tipo de bacterias prolifera en nuestros cepillos de dientes? La respuesta a esta pregunta vino también acompañada de una buena noticia: las bacterias de nuestro cepillo de dientes son las que convencionalmente encontramos en nuestras bocas, en contraste con otras bacterias más peligrosas como las que pueden hallarse en los inodoros.

En cualquier caso, con los microorganismos de los baños la cantidad importa. Es por eso que mantener una buena higiene sea clave para evitar que estas inocuas colonias de bacterias se vuelvan contra nosotros. Por eso precisamente conviene cambiar regularmente el cepillo de dientes.

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