“La historia nos demuestra una y otra vez que, con el tiempo, nuestros baremos éticos y morales cambian y mutan, como nuestro ADN, y lo que ayer era éticamente inaceptable, si ello supone realmente un avance para el progreso de la humanidad, hoy ya forma parte esencial de nuestras vidas”. Esas palabras las podemos leer en una entrevista que Juan Carlos Izpisúa concedió en 2017 al diario El País.
Y, a juzgar por lo que publica el mismo periódico hoy, no lo decía por decir. Su equipo de investigación, a medio camino entre el californiano Instituto Salk y la Universidad Católica de Murcia, acaban de "crear por primera vez quimeras de humano y mono" en un paso clave en su objetivo "de convertir a animales de otras especies en fábricas de órganos para trasplantes".
El equipo de Izpisúa ya fue el primero en hacer quimeras de cerdos y humanos en 2017. Aquello, en parte, se realizó en granjas porcinas murcianas. Pero esto era demasiado para los comités éticos del país. Un equipo de científicos españoles ha hecho historia en China, la gran fábrica genética del mundo actual.
En busca de la quimera perfecta

En 2017, en España se realizaron 5.259 trasplantes, 46,9 por cada millón de habitantes. Eso situó al país, por vigesimosexto año consecutivo, a la cabeza de este tipo de intervenciones. 3.269 riñones, 1.247 hígados, 363 pulmones y 304 corazones son cifras espectaculares y, aún así, se quedan cortas. Solo en 2014, el 4.6% de los pacientes que esperaban un hígado fallecieron.
Y el 4.4% de los que esperaban un corazón o el 3.7% de los que esperaban un pulmón. En Reino Unido fallecen 460 personas cada año en lista de espera y en Colombia esa cifra llega hasta los 22 pacientes al día. Tener la tecnología para salvar vidas y no poder hacerlo es algo realmente frustrante.
Por eso, desde 2010, justo después de que Hiro Nakauchi desarrollara su método para insertar células madre de una especie en embriones de otra (y demostrar, de esta forma, que era posible generar ratones con un páncreas hecho completamente de células de rata), se inició una carrera por conseguir 'cultivar' órganos genéticamente humanos en huéspedes animales. La búsqueda de una quimera perfecta que nos permitiera tener suministro de órganos continuo, flexible y seguro.
El tema fue muy polémico y, en 2013, Japón (donde trabajaba Nakauchi) aprobó una moratoria para impedir ese tipo de experimentación. En otros lugares, como EEUU o Europa, los experimentos no estaban prohibidos, pero la financiación publica estaba bloqueada. Ya no estamos en 2013: no solo Japón acaba de cambiar sus leyes, sino que la ingeniería genética ha alcanzado niveles realmente inimaginables hace unos pocos años.
No, no es una carrera

No hace falta hablar sobre los experimentos humanos. Sin ir más lejos, a principios de 2019, en Shangai un equipo de investigación creó cinco macacos con síntomas claros de esquizofrénica con el objetivo de tener modelos animales con los que poder estudiar la enfermedad. Pese a que las autoridades chinas prometieron ponerse serios con este tema, la realidad parece testaruda: solo parece hacer falta dinero para que la ética pase a segundo plano.
"Muchos cientos de miles de euros", explicaba Estrella Núñez, la vicerrectora de investigación de la Universidad Católica de Murcia quien colabora con el equipo de Izpisúa desde hace años. En este caso, a diferencia de los experimentos de 2017, los resultados parecen muy positivos. Aunque, pese a la insistencia de los autores en que “nuestro país es pionero y líder mundial en estas investigaciones", abre de nuevo el debate sobre la deslocalización científica (y del conocimiento y el knowhow técnico que ello conlleva).
Y más allá, sobre la oportunidad de hacer unos experimentos sin los requerimientos éticos que se exigen en los países de origen. Porque podemos ser críticos con las restricciones europeas a la investigación bioética (nosotros lo hemos sido), pero no debemos olvidar que tienen una motivación. Aunque estos trabajos nos aportarán una información muy interesante sobre el desarrollo embrionario, su utilidad directa de cara a conseguir quimeras útiles no está claro.
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royendershade
El problema real no esta en si se mezcla o no, sino en los metodos seguidos. Tambien en la historia ha habido cosas que se veian bien y luego se han visto mal, como la esclavitud, o cosas que han variado en el juicio social, como la homosexualidad. El tema etico no debe despreciarse, porque nos sobra experiencia viendo lo que pasa cuando se deja de lado. Otra cosa es que haya que tener la cabeza fria para evaluar las cosas, y buscar una especie de pacto con los medios de comunicacion (las principales fuentes de desinformacion cientifica) para evitar todo sensacionalismo y tratar de ser preciso con la informacion dada. Eso implica tambien dar toda la informacion relevante para entender lo que se ha hecho, no como en este articulo que se dice varias veces "quimera animal-humano" y no se menciona como se ha hecho esto (a grandes rasgos) ni a que se esta llamando "animal-humano".
Este tipo de cosas hacen daño porque tanto lectores poco informados como medios que lo copiaran hacia lectores menos formados aun, pueden hacer extenderse noticias que no son. No es lo mismo manipular embriones humanos, por ejemplo, que embriones animales con celulas humanas de adultos. Es decir, puede que para algunos sea lo mismo, pero se piense como se piense al respecto, la sociedad pensara lo que sea, y transmitir mal una informacion puede suponer que la sociedad completa se oponga a algo que en realidad no condena solo por como se le ha vendido, retrasando mucho mas todo. Asi que teneis una responsabilidad ahi que rara vez respetais, y eso va por todos los medios.
r a g n o r
La ética no podrá parar nunca un avance científico. Pero lo importante es que regule el cómo se hace.
Si intenta pararlo, lo único que va a conseguir es que se haga sin control en alguna otra parte.
Fource
Para querer comer tortilla hay que romper un huevo
yarlei
Leyendo esto me recuerda a sheldon de big bang theory. El si estaria mas que a favor de esto y mucho mas, todo por la ciencia !
jalbertomtz
Una abominación. No todo vale "en nombre del avance científico".
enpatzu
No estoy a favor de jugar a ser Dios, pero lo que dices es muy curioso, y a su vez poco absurdo, si hace 20 años eran prohibido x actos y ahora es normal. No me extraña que si llegara a pasar la gente lo tomaría primero a risas, preocupación, y por último lo tratarían como algo normal.