Estos científicos son capaces de "rejuvenecer" ojos: un equipo de Harvard recupera la visión de ratones gracias a una técnica epigenética

Pasa algo curioso con las células ganglionares de la retina, las células que conectan con sus axones el ojo con el cerebro: si se dañan pronto (en una fase temprana del desarrollo) puede sobrevivir y regenerarse sin demasiado problema; pero llega un momento en que dejan de poder hacerlo. No son las únicas que pierden capacidad de regeneración al envejecer, pero sí son las que nos interesan.

Sobre todo, porque un equipo de la Universidad de Harvard han conseguido "rejuvenecerlas" hasta hacer que recuperen la capacidad de regeneración. De esta forma, han conseguido devolver la visión a ratones con glaucoma mejorando nuestro conocimiento sobre estos procesos y, de paso, abriendo la puerta a nuevos desarrollos terapéuticos capaces de abordar enfermedades neuronales.

Juventud, divino tesoro, te vas para no volver... o sí

Mathieu Stern

Tal y como hoy publica la revista Nature, David Sinclair y equipo han conseguido demostrar que basta con controlar la expresión de tres de los cuatro factores de transcripción de Yamanaka (proteínas que pueden activar y desactivar genes) en casos de daño óptico para reprogramar las células ganglionales y llevarlas a un estado más juvenil. Concretamente, los factores OCT4, SOX2 y KLF4.

En ese estado "más juvenil" los ratones no solo pudieron desarrollar nuevos axones, sino que algunos de ellos se extendieron hasta la base del cerebro. Tras varias pruebas, parece que el tratamiento acaba por revertir la pérdida de neuronas y restaurar la visión tanto en ratones viejos como en ratones con glaucoma.

Según indican los investigadores, el éxito del enfoque parece indicar que tanto el daño como la recuperación conllevan cambios moleculares, como la metilación, que alteran los patrones de expresión génica. Cuando se dañan las células ganglionares de la retina, se acumulan un tipo muy concreto de moléculas llamadas grupos metilo en el ADN de las células. En este sentido, el proceso de recuperaron, produce una "desmetilación".

Con este en mente, el trabajo parece un espaldarazo a las teorías que entienden el envejecimiento como una cuestión meramente epigenética que se podría revertir incluso en tejidos muy complejos. Y resulta especialmente interesante porque, como señala Andrew Huberman, profesor de la Universidad de Stanford, aunque "los efectos de estos factores de transcripción aún no se han probado en humanos, los resultados sugieren que pueden reprogramar neuronas cerebrales en todas las especies". Queda un larguísimo camino, pero habrá que tener un ojo puesto en ello.

Imagen | Pierre Acobas

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