Soy rematadamente malo jugando al pádel y no, no es falsa molestia. No es que sea "malo estándar", es que soy tan malo que estoy casi seguro que en algunos países debe de ser delito. Esto ha provocado que, comprensiblemente, mis parejas deportivas una tras otra quieran cortar conmigo.
Algunas empiezan con lo de "no eres tú, soy yo"; otras son más directas y tratan de convencerme de que en momentos distintos de nuestra vida padelística. Pero la excusa que más sorprendió fue la de un chaval que me dijo que él iba a jugar al pádel para perder, que descansaba mejor cuando perdía y que conmigo era imposible hacerlo. Lo curioso es que, según acaba de publicar la revista Science, es posible que tenga razón.
El sueño que te repara. Y es que, según un nuevo estudio en ratones, el estrés que provoca ser derrotado activa las células del cerebro medio de tal forma que se favorece el sueño y se reduce la ansiedad. Esto es curioso porque, normalmente, se asocia el estrés al insomnio, pero lo cierto es que también puede ocurrir lo contrario: se sabe que el estrés crónico aumenta el sueño REM.
Esto último ha llevado a algunos investigadores a plantear la hipótesis de que el sueño tiene un papel clave en la respuesta adaptativa a situaciones de estrés y que, en último término, ayuda a mejorar sus impactos fisiológicos y mentales negativos. En concreto, el estudio en ratones es interesante porque la "respuesta de estrés provocada por la pérdida de un enfrentamiento social" que sufren estos animales se suele usar como modelo de estrés psicosocial. Es decir, lo que averiguamos sobre ese estado suele ser fácil trasladarlo a humanos.
¿Cómo funciona todo esto? Hasta ahora los mecanismos subyacentes a esa mejora del sueño no estaban claros. Con esta investigación, Xiao Yu y sus colegas evaluaron los circuitos cerebrales implicados en el sueño inducido por el estrés de la derrota social y descubrieron un pequeño grupo de neuronas en el área tegmental ventral del cerebro medio que se dedica a detectar el estrés y a inducir a un sueño reparador.
Según explican, el subgrupo de neuronas recibe información sobre el estrés y promueve la mejora del sueño de fase REM y no REM durante varias horas. Al mismo tiempo, inhibe la liberación del factor liberador de corticotropina (encargada de la regulación del estrés). Esto hace que, globalmente, el sueño así iniciado alivie los niveles de estrés y mitigue la ansiedad inducida por el estrés en los ratones, restaurando las funciones mentales y corporales.
Una pastilla para dormir en la gloria. Esto tiene implicaciones interesantes porque, aunque es cierto que "no todos pueden responder a la derrota social con un ataque de sueño" y esta variación individual "requiere más investigación", localizar el circuito neurológico nos permite empezar a abordar ese sueño reparador desde un punto de vista farmacológico. Es decir, la pastilla de "dormir bien" está mucho más cerca de lo que podríamos pensar.
Imagen | Oliver Sjostrom
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