Reconozco que yo he sido un gran escéptico de las gafas de sol: he llevado gafas desde pequeño, pero las de sol siempre me han parecido una pijada. Un complemento de moda o una señal de estatus más que un dispositivo que fuera realmente útil para algo.
Y reconozco también que parece que he estado equivocado. Sí, la mayoría de la gente las lleva por estética, pero, en este caso, bendita estética. Al modo de las cremas solares, y en un discreto segundo plano, las gafas de sol llevan muchos años protegiéndonos de la luz del sol.
"La luz solar es tóxica"
Y es que la luz solar es tóxica para los ojos. Como nos explica Ángel López, oftalmólogo y director médico de Laservisión, está demostrado que hay ciertas enfermedades oculares íntimamente relacionadas con la exposición solar.
Enfermedades como las cataratas, el pterigión ("un crecimiento de tejido anormal de la conjuntiva sobre la córnea") o la degeneración macular (una enfermedad del fondo del ojo) se dan con más frecuencia en zonas con mucha luz.
Y los cánceres de párpado, claro. El párpado no deja de ser un pliegue de piel y, como toda piel, es muy susceptible a la exposición intermitente de luz solar. Además, es un lugar donde mucha gente no se echa crema solar.
Para gustos, (filtros de) colores
No obstante, no todo el espectro solar nos afecta por igual: las ondas más dañinas son las ultravioletas. De hecho, como señala el doctor López, "la luz ultravioleta es de la que hay que defenderse". Esto es curioso porque la consecuencia lógica es que podemos tener gafas de sol que sean transparentes.
Las gafas que solo tienen el filtro ultravioleta se llaman de grado 0 y, de hecho, algunas gafas normales (las lentillas y los cristales de los coches) ya lo llevan incorporado. De esta forma, podemos tener unas gafas trasparentes que nos protejan y unas gafas totalmente opacas que no lo hagan en absoluto.
El resto de filtros se encargan de la luz visible y no tiene una función tan clara en la salud de ojo excepto para evitar las queratitis; es decir, las quemaduras. En esto los ojos son muy parecidos a la piel.
Y por eso, se recomienda usar filtros de luz visibles en zonas con una gran exposición a la luz como cuando se hace alpinismo o se practica esquí. En el resto de casos, este tipo de filtros no nos protegen demasiado, pero sí nos hacen la vida más sencilla.
Algunos consejos a la hora de elegir gafas
Lo primero, evidentemente, es que tengan filtros ultravioletas. Esto es algo muy importante. De hecho, cuanto más oscuras sean las gafas, más importante es: ante la 'oscuridad' la pupila se expande y, si el filtro no es bueno, puede dejar pasar más 'luz mala' que sin gafas.
Por lo demás, la mayoría de gafas que se comercializan en sitios de confianza cumplen este requisito. Sea en tienda física o por internet. Sí, hay que tener cuidado con las gafas de plástico o las que se venden en cualquier tienda de 'todo a cien' porque ahí el control es mucho menos estricto.
Por lo demás, hay ciertos consejos que nos pueden ayudar a acertar en nuestra compra. Por ejemplo, las gafas polarizadas mejoran la visión en carretera, pero a cambio son peores con las pantallas electrónicas.
Por lo demás, los colores de las gafas no son muy importantes. Lo que hacen los filtros de colores es filtrar la luz de ese color por lo que sencillamente distorsionan un poco el color de las cosas que vemos.
Las gafas marrones son las que más cambios producen, pero las peores toleradas son las gafas rojas. En cambio, las gafas verdes y las grises son las que menos cambian el mundo que nos rodean. Ah, y una cosa curiosa: las gafas amarillas o anaranjadas mejoran la nitidez de la visión y por eso se usan en tiro olímpico y otras actividades de precisión visual.
Las dos últimas ideas a tener en cuenta es que la curvatura del cristal puede marearnos. Además, si nos ocurre, no es algo a lo que podamos acostumbrarnos con facilidad. Por otro lado, cualquier defecto visual leve (miopía, astigmatismo) se ve incrementado por las gafas de sol (la cantidad de luz disminuye, la pupila se abre y el problema visual aumenta). Si vemos mal con las gafas, puede ser porque tenemos un leve problema visual que no habíamos notado.
Sea como sea, debemos recordar que, aunque la moda cambie, las gafas no caducan: los filtros están ahí pase el tiempo que pase, por lo que cualquier gafa (de calidad) es buena si de cuidar nuestros preciosos globos oculares estamos hablando.
Imágenes | Max Newhall, Ariel Lustre, Jeremy Bishop, David Lezcano
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