Las lentillas con zoom no son un desarrollo nuevo. Hace poco más de un año se presentó la primera versión, con zoom 2.8x como el de las nuevas pero con un problema importante: no se podía decidir cuándo hacer zoom. Aquella primera versión de la tecnología ofrecía un aumento de la visión todo el tiempo. Ahora, con la segunda generación, esa deficiencia ha sido subsanada y ya está lista para ser probadas en pacientes reales.
Por ahora las lentillas no pueden funcionar de forma independiente y requieren de unas gafas complementarias en las que se encuentra el sistema que activa el zoom a demanda. Éste consiste en una serie de espejos de aluminio que magnifican la imagen 2.8 veces si las gafas dejan pasar la luz por esa determinada zona de las lentillas, o nos dejan visión normal cambiando la polarización. Para hacerlo, las gafas detectan cuando guiñamos un ojo, el que activa el zoom, y también el contrario, para volver a la visión normal. El sistema creado por el equipo de Eric Tremblay del EPFL en Suiza, es capaz de saber si el movimiento del ojo es un simple parpadeo o un guiño.
Otra mejora implementada y que de hecho permite que puedan ser probadas ya en pacientes es la transpiración del material. Al ser unas lentillas que ocupaban todo el ojo, había un problema para su oxigenación correcta. Ahora, por medio de unos canales de aire mejor diseñados, las lentillas pueden llevarse puestas más tiempo y ya no se probarán más en ojos artificiales.
Aunque pensar en unas lentillas con capacidad de hacer zoom a demanda es muy tentador, por ahora si destino es un grupo de afectados por degeneración macular, los cuales pierden parte de su visión central, por lo que poder ampliar esa zona es clave para mejorar su calidad de vida.
Vía | NewScientist.
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