Cuanto más virus, más daño en los órganos: una prueba rápida muestra cómo anticiparnos a los peores casos de COVID-19

Entre las mayores incógnitas de la COVID-19 está el por qué la enfermedad resulta tan letal para algunas personas y tan suave para otras. Todavía desconocemos mucho de las razones de su gravedad.

Aunque se han propuesto diversas hipótesis para explicar este hecho, un equipo del Departamento de Microbiología Clínica de la Universidad de Nanchang de China ha demostrado que existe una clara relación entre el daño a los órganos y la cantidad de virus que hay en el cuerpo. Esto, puede parece obvio, pero no lo es. La carga viral no siempre está relacionada con los daños que causa, especialmente en coronavirus. De hecho, así lo advertía la OMS al comienzo de la pandemia. Este equipo ha demostrado que esta carga viral puede medirse a partir de una muestra obtenida con un frotis en la garganta, mucho más rápida y sencilla que una de sangre, tejido o suero. Este hecho abre puertas nuevas al tratamiento y, sobre todo, al diagnóstico y la prevención temprana.

A mayor carga viral, más daño en los órganos

Por desgracia, algunos de los peores vaticinios sobre la COVID-19 parecen cumplirse a la luz de los estudios más recientes: cuanto mayor es la carga viral, peor pronóstico tienen los pacientes, incluso aunque al principio de la enfermedad muestren síntomas leves. Así lo confirmaba el último estudio del Departamento de Microbiología Clínica de la Universidad de Nanchang de China.

En él, los investigadores han observado que a mayor cantidad de virus, mayor es el daño en los órganos y menor es el recuento leucocitario, que es una medida relacionada con la "salud" de nuestro sistema inmunitario. En otras palabras, cuanto más virus hay en nuestro cuerpo, las consecuencias son más graves y severas.

Otros estudios, como este presentado en Science a mediados de marzo, confirmaban que a mayor carga viral crece la probabilidad de infección, algo que también parece obvio pero que no tiene por que ser así. Tanto el daño como la transmisión del virus dependen de muchos factores complejos, no solo de la cantidad de virus disponible en el cuerpo. Entre ellos están la capacidad infectiva del propio virus, que podría ser muy baja independientemente de la cantidad, la capacidad defensiva de la persona u otros agentes externos.

Algo similar ocurre con el daño a los órganos internos, que no tiene por qué estar directamente relacionado con la cantidad de virus sino con su forma de actuar sobre la célula, su velocidad, su capacidad de reproducción y a qué células ataca preferentemente, entre otras muchas cosas. Este estudio, sin embargo, confirma que sí que existe esta relación directa de mayor cantidad de virus, mayor daño. Y eso es importante para elaborar una estrategia de tratamiento preventivo.

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Una estrategia para antes de que ocurra lo peor

Lo más interesante del estudio es que la carga viral a la que se refieren los investigadores se obtuvo de pacientes de todo tipo: con síntomas suaves, graves o asintomáticos, y a partir de una muestra del mucus de la garganta recogida con un hisopo estéril. Esta prueba es rápida, sencilla y rápida. También es útil para determinar la carga viral, como han comprobado, y ligar su resultado al pronóstico del paciente.

Así, incluso los que no padecían síntomas, pero mostraban una gran carga viral, cayeron rápidamente en estado grave y necesitaron tratamiento hospitalario. Con esta prueba, afirman los investigadores, se puede prevenir lo peor antes de que ocurra: se toma la muestra y si la carga viral entra dentro del rango "alto" se puede decidir la estrategia y monitorización más eficientes para el paciente.

Con estos datos, que se pueden obtener fácilmente, los profesionales de la medicina podrán decidir más fácilmente qué hacer en los casos positivos de COVID-19. Por ejemplo, actualmente los casos que presentan positivo pero con síntomas leves suelen ser devueltos a casa y se les pide que permanezcan aislados.

Una prueba rápida y sencilla, a partir de la muestra de garganta, ayudaría a escoger otra estrategia, aislando al paciente en una unidad del hospital a la espera de un empeoramiento grave de sus síntomas, con lo que comenzaría a tratarse de forma preventiva, minimizando los daños y los fallecimientos por la COVID-19.

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