En las cercanías del verano no son pocas las personas que buscan opciones para adelgazar y entre las dietas más buscadas se encuentra la dieta disociada. ¿Qué dice la ciencia sobre ella?.
En qué consiste la dieta disociada
Las dietas disociadas, aunque pueden tener muchas variantes, se basan en "disociar" o no mezclar nutrientes de los alimentos bajo el fundamento de que nuestro cuerpo no está preparado para digerir y metabolizar adecuadamente hidratos y proteínas al mismo tiempo, por lo que su ingesta en conjunto puede hacernos engordar.
Así, las dietas discociadas dividen a los alimentos en tres grandes grupos:
- Glúcidos: son los alimentos ricos en hidratos de carbono principalmente, como cereales, legumbres, harinas y derivados, patatas, dulces y chocolates.
- Proteicos: se incluyen en este grupo carnes, pescados y mariscos, huevos y lácteos porque son los que ofrecen proteínas en mayor medida.
- Neutros: son los alimentos en los que no predominan ni hidratos ni proteínas como por ejemplo: aceites vegetales, mantequilla y verduras varias (no amiláceas).
Para poner en práctica la dieta disociada se recomienda no mezclar alimentos glúcidos con proteicos y de allí deriva el mito de no mezclar, el cual no tiene sentido biológico. Tal y como señala un estudio publicado por científicos de Bélgica, las enzimas de nuestro cuerpo actúan simultáneamente pudiendo digerir al mismo tiempo hidratos y proteínas sin problema. De hecho, en la mayor parte de los alimentos en su forma natural encontramos ambos nutrientes, como es el caso de cereales integrales en los que hay hidratos y también, proteínas vegetales.
Por otro lado, la dieta disociada propone intentar que siempre en cada plato y acompañando tanto a hidratos como proteínas exista algún alimento neutro. Asimismo, se sugiere reducir los azúcares y grasas.
Dentro de las dietas disociadas encontramos variedad de alternativas como por ejemplo la, dieta de Beverly Hills, la dieta de la sopa de col que siempre incluye esta sopa a base de vegetales y cada día por una semana se puede ingerir un alimento diferente sin mezclarlos entre sí; la dieta o régimen de Antoine o la dieta de los 9 días, entre otras teniendo todas ellas alguna característica que la distingue de las otras.
Platos permitidos en una dieta disociada
Para que nos aproximemos un poco más a conocer en qué consiste la dieta disociada, en los menús encontramos opciones como huevos cocidos con verduras varias, pudiendo así elaborar un plato de calabacín al horno con huevo o una ensalada de brócoli con huevo.
También podríamos combinar pollo con verduras, gambas, pavo u otras carnes con hortalizas varias para respetar la premisa de combinar alimentos proteicos con neutros pero no con glúcidos. Así, otras recetas aptas para incluir en una dieta disociada serían por ejemplo unos tacos de lechuga con salteado de ternera, un estofado de ternera y verduras varias, o bien, un pollo al horno con ensalada fresca de vegetales verdes.
También es posible combinar alimentos glúcidos con neutros, así podemos acudir a una pasta de lentejas rojas con salteado de tomates cherry o bien, un arroz con brócoli, aunque la realidad es que la mayor parte de los menús de dieta disociada incluyen platos a base de proteínas y verduras, una razón más por la cual estas dietas favorecen el adelgazamiento.
Por qué se pierde peso con ella
La mayor parte de las dietas disociadas que encontramos en sitios web, revistas y demás incluyen un menú cerrado en el cual implícitamente se reducen considerablemente las calorías de la dieta o bien, se produce un estado de cetosis que favorece la pérdida de peso.
Es decir, las dietas disociadas favorecen el adelgazamiento por producir un déficit calórico o bien, por promover la ingesta de alimentos proteicos sin hidratos y así, estimular la cetosis y su consecuente quema de grasas. Sin embargo, como señala un estudio publicado en la International Journal of Obesity, la combinación de alimentos no influye en la pérdida de peso, por lo que, las dietas disociadas no funcionan por ser disociadas sino por otros factores.
Sin embargo, la no combinación de alimentos implica consumir platos menos variados, menos coloridos y menos atractivos tanto al paladar como a la vista, lo cual se traduce en una menor ingesta ya que a más sabores diferentes menos saciedad obtenemos como concluyeron científicos australianos porque obedecemos a estímulos sensoriales específicos.
Asimismo, un estudio publicado en Physiology & Behavior señala que la palatabilidad está estrechamente vinculada con la saciedad y la regulación del peso corporal, pudiendo una dieta menos apetecible favorecer la reducción de la ingesta y así, ayudarnos a perder peso.
Sin lugar a dudas el solo hecho de no mezclar hidratos y proteínas no hará que perdamos peso, sino que es la reducción calórica que proponen las dietas disociadas, la cetosis o la monotonía y falta de palatabilidad lo que verdaderamente hace que estas dietas funcionen.
Los posibles efectos secundarios
Como en todas las dietas de moda o en las que se prohíben alimentos o combinaciones de éstos, el riesgo es el efecto después de haber finalizado la propuesta, ya que varios días sin ingerir hidratos combinados con proteínas puede dar origen a un estado de ansiedad y a deseos de comer platos concretos de nuestro agrado en los que esta mezcla (glúcidos y proteicos) está presente y así, puede dar como resultado un descontrol al momento de comer.
Asimismo, la reducción en la ingesta que viene dada por la monotonía que suele caracterizar a la dieta disociada también puede incrementar el riesgo de sufrir carencias nutricionales, tal como lo apuntan científicos españoles y dado que se trata de dietas poco flexibles, su carácter estricto puede ocasionar estrés en el organismo según concluye un estudio publicado en la revista Appetite.
Y si a eso le sumamos que las dietas disociadas no muestran ventajas al momento de perder peso respecto a otras dietas en que hidratos y proteínas se combinan como lo demuestra una investigación publicada en la International Journal of Obesity, claramente se concluye que estas propuestas pueden representar riesgos sin que su eficacia esté probada y por ello, no tendría sentido alguno su práctica.
La ciencia no respalda la efecitividad de dietas disociadas para adelgazar y las diferentes propuestas que respetan sus premisas no están libres de efectos secundarios, por lo tanto, su práctica como la de otras dietas milagro queda desaconsejada.
Imagen | Unsplash, Pexels y Pixabay
Ver todos los comentarios en https://www.xataka.com
VER 22 Comentarios