El cuerpo no se olvida. Finge que lo hace, se autoconvence de ello y elabora complicadísimas teorías sobre por qué el sueño no es tan importante: pero al final, el cuerpo siempre conserva los suvenires del insomnio. Los problemas inmunológicos, los metabólicos (2 y 3), los cardiovasculares, los psicológicos (y 2) y hasta los problemas sociales de la falta de sueño no nos abandonan.
Y no, no basta con no poner el despertador los fines de semana. Kenneth Wright de la Universidad de Colorado en Boulder y su equipo de investigación estudiaron lo que sucede cuando las personas intentan compensar la falta de sueño durante la semana durmiendo hasta tarde los fines de semana. Spoiler: nada bueno.
"El finde no pongo el despertador y listo..."
El equipo de Wright comparó los efectos metabólicos de tres grupos de personas con regímenes de sueño distintos. El primer grupo dormía cinco horas al día durante toda la semana; el segundo dormía nueve durante toda la semana; y el tercer grupo dormía cinco horas durante los días laborables y "todo lo que quisieran" durante los fines de semana.
Tras la primera semana del estudio, los participantes del primer grupo empezaron a comer más (y peor) durante la cena, aumentaron de peso e incluso mostraron una sensibilidad reducida a la insulina en comparación con el segundo grupo. Aquí no hay gran novedad, era algo que ya conocíamos: dormir poco tiene efectos devastadores en lo que somos.
EL problema estaba en el tercer grupo. Tradicionalmente, se nos ha dicho que recuperar horas de sueño durante el fin de semana podía ayudar a combatir algunos de los peores problemas metabólicos relacionados con el insomnio y la falta de sueño. Y sí, a la luz de los datos, parece cierto. Pero no es suficiente.
El grupo que tenía restricciones de sueño durante la semana, pero podían dormir a placer durante el sábado y el domingo sufrían menos metabólicamente hablando, pero los efectos metabólicos del insomnio persistían durante la semana siguiente y se iban acumulando. Es decir, dormir extra los fines de semana probablemente no sea suficiente para reducir los riesgos para la salud relacionados con el sueño insuficiente.
Tiene sentido. Si me permitís la metáfora, un problema muscular provocado por excesos para los que no estamos preparados no se soluciona con un rato de descanso. Eso es lo que ocurre también con el sueño: es muy difícil paliar sus efectos sobre nuestra salud sin unos hábitos saludables. Y por "muy difícil" quiero decir, cada vez más imposible según la investigación disponible. No es mala idea tomar nota.
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