Desde hace un puñado de años hay una pregunta que recorre los laboratorios farmacéuticos como si fuera un escalofrío. De hecho, se trata de una pregunta tan fácil de formular como difícil de responder con certeza: ¿Tiene futuro la industria farmacéutica?
Hace año y medio, Goldman Sachs dejaba claro que los avances médicos y tecnológicos iban a llevar a la industria a un callejón sin salida en el que "curar enfermedades no era negocio". No obstante, el sector ya tenía un as bajo la manga: subir los precios.
Una escala internacional de los precios
Al menos, eso parece si tenemos en cuenta los datos del primer informe sobre el precio de los medicamentos en EEUU que se acaba de hacer público. El precio medio de los medicamentos que se venden en el país se ha encarecido un 25,8% entre enero de 2017 y el primer trimestre de 2019, pero hay algunos (como la versión líquida del Prozac) que han escalado hasta el 667%.
La cifra es muy llamativa, pero norteamericana al fin y al cabo. Desgraciadamente, los estratosféricos costes de la salud estadounidense no sorprenden a nadie a estas alturas del partido. Pero, con esto encima de la mesa, nos hemos preguntado si se trataba solo de un problema particular o nos estaba afectando también a otros países.
La respuesta que no, no es un fenómeno que solo ocurra en EEUU. En España, el ejemplo más conocido es el del Fortasec, que en solo seis años triplicó su precio y cuya subida fue vetada por el Ministerio de Sanidad en marzo de 2019. Pero si nos fijamos en el detalle, desde 2012 el crecimiento de precios ha sido el pan nuestro de cada día.
Una subida bien 'notificada'
¿Por qué desde 2012? Por en ese año, en plena crisis, Sanidad decidió dejar de financiar una serie de medicamentos muy conocidos (Flutox, Voltarén, Almax, Fortasec, etc.) que quedaron con la categorización de "precio notificado". Es decir, no tenían el precio regulado, pero tampoco pasaban a ser de venta libre. Sanidad debía autorizar los cambios de precio.
En los siguientes siete años, Sanidad autorizó todas las subidas que se le fueron planteando y, como es de esperar, los precios se dispararon. Cinco multiplicaron su precio por 400%; en otros 17, por 200%; ya hay 46 que están por encima del 100% y 54 que supera el 50%. Solo uno de esos medicamentos cuesta hoy menos que en 2012.
¿Qué está pasando con el precio de los medicamentos?
La industria suele hablar de crecimiento de los costes de producción, de márgenes preexistentes insuficientes (artificialmente mantenidos por la interferencia de los sistemas sanitarios) o de desajustes del mercado y problemas de competencia para explicar estos crecimientos de precio. Pero, como señalan muchos críticos, seguimos sin tener una respuesta clara. Lo cierto es que, en un mundo tan poco transparente como el de las farmacéuticas, es complejo saber si estos incrementos están tan injustificados como parece.
En los últimos años, queramos o no, la medicina asistencia se ha hecho más compleja y los problemas de cómo equilibrar las cargas de todos los actores en un mercado muy regulado siguen estando encima de la mesa. Aunque una subida generalizada es, sin lugar a dudas, sospechosa, es difícil adjudicar 'culpas' en un mercado tan fuertemente regulado. Lo que está claro es que se necesita discutir sobre la sanidad y mejor pronto que tarde.
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