Hace tiempo que los investigadores vienen trabajando en métodos alternativos de monitorización de glucosa en sangre, soluciones que sean capaces de brindar una medición precisa evitando el pinchazo en el dedo. La más reciente propuesta llega de la mano de la compañía canadiense Scanbo, que propone un sistema que combina herramientas de diagnóstico no invasivas con el aprendizaje automático.
La firma, que se considerada una mezcla entre inteligencia artificial y tecnología médica ha aprovechado los reflectores del CES 2022 para presentar su novedoso medidor no invasivo. Según explican, el usuario solo debe posar sus manos unos 60 segundos en el dispositivo para que este obtenga las lecturas médicas necesarias y calcule automáticamente el nivel de glucosa en sangre.
Sensores PPG, ECG e inteligencia artificial
Entonces, si no hay pinchazo ni tampoco elementos subcutáneos para medir la glucosa ¿Cómo lo hacen? La clave está en la medición de signos vitales a través de técnicas que seguramente has escuchado más de una vez. Por un lado se encuentra la monitorización de frecuencia cardíaca (ECG), que es frecuente en dispositivos como los relojes inteligentes de Apple o las pulseras de actividad Fitbit.
Por otro lado, la fotopletismografía (PPG), utilizada frecuentemente para medir la variación del volumen sanguíneo como resultado de la actividad cardíaca. El dispositivo, en líneas generales, toma los datos sin procesar de ambas mediciones y los pasa por una red neuronal convolucional y una red neuronal profunda. Tras el procesamiento de los algoritmos, el usuario recibe el resultado del valor de glucosa en sangre.
Scanbo cuenta que su medidor ha despertado el interés de compañías como Medtronic, Samsung o LG, que se han comunicado con ellos para evaluar un posible colaboración. No obstante, la firma tiene la intención de ofrecer este producto individualmente, aunque aun tiene un largo camino que recorrer antes de que se venda en las tiendas, si es que eso alguna vez sucede.
Por lo pronto se centrarán en presentar ensayos clínicos que demuestren las capacidades de su dispositivo y así iniciar una primera ronda de financiación. Cuando el proyecto esté lo suficientemente avanzado, buscarán recibir el visto bueno de la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) para su comercialización en Estados Unidos.
Vía | TechCrunch
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