"Hay transmisión comunitaria. Es preocupante", decía ayer Fernando Simón, director del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias tras confirmar que, según cifras oficiales, en apenas 24 horas los nuevos contagios por Covid-19 se han disparado pasando de los 390 del miércoles a los 580 notificados este jueves. Pero los datos reales - los actualizados - son peores.
Tanto que la Generalitat de Cataluña ha pedido a los más de cinco millones de habitantes de Barcelona y su área metropolitana no salir de casa salvo que sea imprescindible. Se cierran al público teatros y cines; se limitan aforos en bares y restaurantes al 50%; se clausuran gimnasios, salas de fiesta y discotecas. Además, se pide a los ciudadanos no acudir a sus segundas residencias y se suspenden todos los deportivos en espacios cerrados.
Más allá del estatus legal de esta petición de confinamiento, lo cierto es que todo parece apuntar que Barcelona, uno de los lugares de Europa con mayor densidad de población, se prepara para un nuevo confinamiento.
Barcelona, "confinada" de nuevo
▶ #Conseller @miquelbuch: "Les mesures afecten: Barcelona, Viladecans, el Prat de Llobregat, St. Joan Despí, St. Boi de Llobregat, Cornellà, St. Just Desvern, Esplugues de Llobregat, L'H, Montcada i Reixach, Sta. Coloma de Gramenet, St. Adrià del Besós i Badalona" #COVID19 pic.twitter.com/TUOedEdr8o
— Govern. Generalitat (@govern) July 17, 2020
El Govern de la Generalitat anuncia esta medidas restrictivas que ya había empezado a ensayar en Lleida y Hospitalet al confirmarse que los brotes en la comunidad no muestran señales de frenarse. Según los datos de la Generalitat, la mitad de los nuevos contagios de la ciudad, donde ya hay más de treinta brotes, se han producido en reuniones familiares y de amigos.
Sea como sea, lo cierto es que los contagios de todo el Área Metropolitana se han multiplicado rápidamente llegando el día 13 de julio a una incidencia de 4,9 casos por cada 100.000 habitantes. Eso es el doble de casos que la semana anterior. Están lejos las cifras de Hospitalet (12,5) y Lleida (59), pero como también señalaba Simón en la rueda de prensa del 16 de julio "no se puede bajar la guardia. Aragón también iba bien y miren lo que ha pasado".
Mientras tanto en el resto de España
Salvo algunos puntos calientes, la situación en el resto de España está contenida. Hay 158 brotes activos y 1.973 casos activos, según las cifras oficiales que aportó ayer el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias. Como decíamos, en apenas 24 horas, los nuevos contagios por Covid-19 se han disparado pasando de los 390 del miércoles a los 580 notificados este jueves. Y esa es la cifra más alta desde el pasado 10 de mayo. No obstante, por el retraso que acumula el registro nacional, todo hace pensar que las cifras serán peores en realidad (aunque no podremos saberlo a ciencia cierta hasta la semana que viene).
Como hemos repetido en otras ocasiones, la situación actual es objetivamente mejor que al inicio de la pandemia. Los datos demográficos lo dejan claro: el 70% de los casos detectados son asintomáticos, la edad media es baja -- entre 46 y 50 años -- y más del 50% están vinculados al sector hortofrutícola. Además, la mayoría de los nuevos casos están concentrados en Aragón y Cataluña.
Esto es positivo porque es lo que esperaríamos encontrar en un contexto en el que los sistemas de detección funcionaran bien. Los problemas se derivan de factores que son difícilmente controlables. El caso aragonés, según creen desde el Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias, está relacionado con las propias dinámicas de los temporeros que se mueven por la comunidad para trabajar. Según parece, es lo que ha provocado el escenario de transmisión comunitaria, pero al tratarse de trabajadores esenciales no está claro cómo frenar su actividad sin generar problemas socioeconómicos importantes.
Pero la llegada de estos brotes a entornos densamente poblados y muy interconectados, sí supone un problema muy grave. Sobre todo, en la medida en que esa puede ser la antesala de la temida segunda oleada. Así, las distintas comunidades se apresuran para instaurar medidas como la mascarilla obligatoria y a prepararse de cara a esa segunda oleada que todo el mundo da por segura.
Ver 82 comentarios