Las grandes aseguradoras de salud en España cubren pseudoterapias como la homeopatía, el reiki o la acupuntura, y no explican por qué

Cada vez son más los seguros en España que ofrecen coberturas ante terapias catalogadas como de "medicina alternativa": acupuntura, homeopatía, flores de Bach o risoterapia... Al mismo tiempo, la medicina se muestra cada vez más tajante y alineada con el consenso científico mostrando mucho escepticismo al respecto de este tipo de tratamientos. ¿Cuál es la explicación de las compañías para seguir ofreciendo estos servicios?

Lo primero es lo primero: ¿qué consideramos una terapia alternativa?

Aunque las líneas divisorias entre lo que se considera una terapia alternativa y la medicina convencional están muy marcadas, lo cierto es que no existe una definición categórica de qué encaja dentro de este gran saco. Así nos lo explica Fernando Frías, Abogado, divulgador, socio fundador de Círculo Escéptico y miembro de ARP-Sociedad para el Avance del Pensamiento Crítico.

"No hay una definición oficial", explica. "Una terapia alternativa es la que se ofrece como alternativa, es decir, en sustitución, de otra, pero generalmente el término se aplica a prácticas sin base científica que se ofrecen como sustitutas de prácticas médicas".

Aquí, por ejemplo, podríamos identificar otro tipo de terapias, muchas veces denominadas "complementarias" porque, en vez de sustituir buscan "ayudar" a los tratamientos médicos convencionales. No obstante, a pesar de esta explicación, este tipo de terapias, tanto alternativas como complementarias, se suelen enmarcar dentro de las pseudoterapias.

"Una pseudoterapia es una práctica pseudoterapéutica basada en ideas fantásticas o creencias sin base científica"

"Una pseudoterapia es una práctica pseudoterapéutica basada en ideas fantásticas o creencias sin base científica y que, o bien no ha demostrado efectos terapéuticos, o bien se ha demostrado que no los tiene", aclara Fernando. Entre ellas, por ejemplo, encontramos a la homeopatía, las flores de Bach o el reiki, por poner algunos ejemplos.

Entonces, ¿qué no entraría dentro del marco de las pseudoterapias? "No lo serían, por ejemplo, los tratamientos experimentales en fase de desarrollo. Tampoco serían pseudoterapias los casos de malas prácticas, las terapias ya desfasadas, aquellas sobre las que nuevas pruebas científicas demuestran que no son efectivas, etc.", explica. Al contrario, todas estas serían prácticas rechazables, pero sí que tendrían el componente de base científica.

Las aseguradoras cubren las terapias alternativas

Hemos revisado a las compañías aseguradoras más importantes en España (según los datos recogidos en 2017) y lo primero que vemos es que, aunque las coberturas varían, entre "servicios de psicología" o, incluso "reproducción asistida", muchas de las compañías ofrecen alguna opción que incluye algún tipo de "medicina alternativa".

Compañía

¿Cubre terapias alternativas?

(según su web)

Vidacaixa

Mapfre

Grupo Mutua Madrileña

Zurich

Allianz

Grupo Catalana Occidente

Santalucía

No

Generali

No

AXA

BBVA Seguros

Grupo Caser

No

Santander Seguros (Aegon)

No especifican

Sanitas

Grupo Ibercaja

No especifican

Asisa

Ocaso

Reale

Línea Directa

No especifican

Grupo Liberty

No especifican

Grupo DKV Seguros

Hemos escogido seis muestras al azar para obtener una muestra representativa de las compañías más grandes en coberturas médicas y sociales, y hemos analizado qué nos ofrecían: ASISA, Adeslas, DKV, MAPFRE, Sanitas y Allianz . Efectivamente, hemos comprobado lo que la primera prospección nos indicaba: estas seis ofrecen la opción de cubrir los gastos de terapias alternativas o complementarias, todas englobadas dentro del término "medicina alternativa".

Las grandes terapias alternativas cubiertas por estas aseguradoras son la acupuntura y la homeopatía, las cuales son cubiertas por las cinco marcas investigadas, aunque también encontramos la osteopatía (en DKV, por ejemplo) o la medicina naturista (en MAPFRE), entre otras. El sistema más común ofrecido es la cobertura adicional, como un servicio aparte que contrata el cliente. Así, se reembolsa el gasto de servicios y material de estas terapias. Por ejemplo, si nos gastamos un dinero en un "medicamento" homeopático o en una sesión de acupuntura, la compañía nos devuelve después el dinero, como ocurriría con Sanitas.

Otra opción incluida en las coberturas adicionales de estas pólizas es el pago de cierto número de sesiones o productos, a partir de los cuales ya correría a cuenta del cliente. Por último, algunas compañías ofrecen estos servicios cobrando tarifas especiales, como ocurre con ADESLAS y su servicio de "medicina homeopática", MAPFRE, DKV o ASISA. Ninguna de estas grandes aseguradoras ofrece cobertura en medicina alternativa en su póliza básica, sino que son todas modalidades opcionales.

En otras compañías también hemos encontrado la cobertura de este tipo de terapias dentro de sus modalidades "premium", como ocurre con la Mutua Madrileña, que ofrece acupuntura, osteopatía y homeopatía en su modalidad "Plus". Seguros Bilbao, por ejemplo, y que pertenece al grupo Catalana Occidente, ofrece entre sus coberturas básicas este tipo de servicios (en concreto acupuntura y homeopatía), mientras que solo en tres seguros (Santalucia, Generali y Caser) especifican en sus coberturas que están excluidas las terapias que no han sido avaladas científicamente y que, por tanto, no cubren las terapias alternativas.

¿Por qué lo hacen si son pseudoterapias?

Como decíamos, todas las terapias referidas dentro de la medicina alternativa que ofrecen estas compañías están también catalogadas dentro de las pseudoterapias. Por tanto, según el consenso científico y médico actual, no tienen una efectividad probada o más allá del efecto placebo. ¿Por qué las ofrecen, entonces?

Nos hemos puesto en contacto con todas estas compañías para preguntarles, pero a fecha de hoy solo hemos obtenido respuesta de dos de ellas: MAPFRE, quienes nos indicaron, a pesar de que en su Seguro de Asistencia Sanitaria sin copago - Supra sí que están recogidas, que no cubrían este tipo de servicios y que no podían dar más información "en un sentido u otro" (sic) al respecto; y Allianz, quienes nos contestaron que no podían dar información sobre este tema.

Para Fernando, el sentido es puramente mercantil: "Mi impresión es que se trata simplemente de un truco comercial. En España hay un cierto volumen de consumo de productos de este tipo, sobre todo fitoterapéuticos y homeopáticos, pero suelen tomarse por consejo de algún familiar o amigo. Las visitas a profesionales de estas prácticas, en cambio, son menos habituales.

"Sería interesante poder acceder a cifras de alguna aseguradora [para comprobar el uso real de la cobertura], pero sospecho que esa garantía se usará muy poco en la práctica", afirma. Por su parte, las compañías muestran en sus páginas webs mensajes de todo tipo, realzando la bondad de estas prácticas.

Expresiones como "de origen milenario", "que actúan por semejanza sintomática" o "tratar los problemas desde una perspectiva natural", se mezclan con otras como "de agradable sabor para los niños" o "cuadro de médicos especialistas".

¿Qué dice la ley al respecto?

¿Existe algún tipo de legislación que impida o apruebe su comercialización dentro de los seguros? No. De hecho, según nos explica Fernando no existe ninguna norma específica que recoja su uso o descripción. "Lo más parecido es la legislación sobre publicidad de prácticas y productos con pretendida finalidad sanitaria”.

"Las normas se limitan a establecer las condiciones necesarias para llevar a cabo una actividad terapéutica sin entrar en el contenido específico de esa actividad"

"Pero aparte de eso", continúa, "las normas se limitan a establecer las condiciones necesarias para llevar a cabo una actividad terapéutica: titulación oficial, autorización administrativa, etc., pero sin entrar en el contenido específico de esa actividad". Esto deja en una suerte de limbo a este tipo de pseudoterapias.

Las terapias alternativas, por ejemplo, no son consideradas como medicamentos, ni entran dentro de la misma normativa. "La ley considera medicamento toda sustancia que 'se presente como poseedora' de cualidades terapéuticas", aclara el abogado. "La idea es que si alguien pretende vender una sustancia como curativa o paliativa tenga que someterse a la normativa sobre medicamentos, de modo que esté obligado a obtener la correspondiente autorización".

"Si no aporta pruebas de la eficacia y seguridad del producto no se autorizaría, y en algunos casos incluso podría declararse 'medicamento prohibido'", continúa. "Lo que pasa es que, como tantas otras cosas, esto es más teórico que práctico. Ahí tenemos el caso de los varios miles de productos homeopáticos que se están vendiendo sin autorización (y eso que muchos podrían obtenerla sin necesidad de demostrar su eficacia). Otro ejemplo es el del 'MMS', que la AEMPS declaró medicamento prohibido pero que se vende con total impunidad".

Por otro lado, y aunque no tiene por qué afectar directamente a la práctica de esta terapias de medicina alternativa, Sanidad señala que los centros de pseudoterapias sin médico son denunciables, lo que hace mucho más difícil discernir qué posición legal existe, a día de hoy, en la interpretación y comercialización de estas prácticas. Hasta la fecha, aunque las terapias de medicina alternativa no han mostrado ningún tipo de efectividad más allá del efecto placebo, tampoco son objeto de rechazo por la parte legal en España, lo que le da libertad absoluta para seguir comercializándose sin apenas regulación.

¿Y qué ocurre en otros países?

Lo cierto es que depende del país, y de su legislación, este tipo de terapias entran o no dentro de las coberturas de seguros. Por ejemplo, mientras que en Suiza la medicina alternativa entra dentro de todas las coberturas de las aseguradoras, en Estados Unidos están vetadas.

"La figura del heilpraktiker fue creada por régimen nazi para intentar fomentar una 'medicina nacional' y para aparentar que daban cobertura sanitaria a toda la población"

Otro de los ejemplos más sonados es el de Alemania, donde sí que existe un reconocimiento oficial de las terapias pseudocientíficas, autorizando su ejercicio a través de la figura del "Heilpraktiker". "[Esta figura] la creó en los años treinta el régimen nazi para conseguir a la vez dos objetivos: intentar fomentar una 'medicina nacional', aunque para ello se centraron más en la homeopatía, que para algo la había creado un alemán y, sobre todo, para aparentar que daban cobertura sanitaria a toda la población, aunque fuera a base de curanderos", explica el abogado.

"Otros países", aclara, "siguen un esquema similar al de España, sin una normativa específica para las pseudoterapias". Pero muchas veces, explica Fernando, el problema no está en la regulación, sino en cómo se controla. "Más que la ley, lo que puede tener más influencia es lo mal que se aplica. Por ejemplo, legalmente todos los servicios de este tipo deben estar a cargo de un médico, con título oficial, responsable de los tratamientos".

"Pero no hay más que darse una vuelta por cualquier ciudad para comprobar que existen muchos establecimientos que ofrecen esas prácticas a cargo de personas sin ninguna titulación", continúa. Según explica, muchas de las clínicas emplean a personas cuyos títulos, si los tienen, no se adecúan a la legislación: "No, un diploma en naturopatía por una academia privada no es ningún título oficial ni permite ejercer de nada".

Actualmente estamos viviendo un cambio de ministros cuya orientación es mucho más científica que la de sus predecesores. ¿Veremos algún cambio en la legislación? ¿Se regularán este tipo de prácticas, cubiertas por los seguros? "No lo sé", opina Fernando. "Las funciones de los Ministerios tienen sus límites, y no todo depende de ellos".

"Por ejemplo, como te decía antes", comenta, "la legislación obliga a que haya un médico al frente de cualquier servicio terapéutico, pero que su actuación sea científica o pseudocientífica no depende tanto de las leyes como de su propia deontología profesional, y eso es más función de los Colegios de Médicos que del Ministerio de Sanidad. Yo espero que sí haya cambios a mejor en la normativa y, sobre todo, en la actitud de los organismos públicos, pero en qué medida y qué consecuencias tendrá es algo muy difícil de estimar", zanja el abogado.

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