Las enfermedades neurodegenerativas suponen todo un reto para quienes las estudian. Por la complejidad propia del cerebro y por la dificultad de estudiarlas a partir de métodos invasivos. Es por eso que comprender los mecanismos bioquímicos detrás de enfermedades como el Parkinson sea tan importante.
Fármaco reconvertido. Un nuevo estudio ha abierto una nueva senda en el estudio de la enfermedad de Parkinson y, en especial, de cómo tratarlo. El estudio podría llevarnos a transformar un fármaco aprobado en la lucha contra el cáncer en un tratamiento contra esta enfermedad neurodegenerativa.
El fármaco en cuestión nivolumab/relatlimab. Se trata de fármaco desarrollado para su uso en el tratamiento del melanoma, un cáncer que se da en la piel que interactúa con una proteína ubicada en la superficie de nuestras células llamada Lag3.
Aún así el estudio de esta nueva aplicación aún solo ha demostrado ser prometedor en ratones. Es decir, aun con la ventaja de haber sido ya aprobado para un uso, el recorrido que tiene por delante es largo.
Alfa-sinucleína. Una de las claves del descubrimiento está en una proteína llamada α-sinucleína. Cuando aparecen errores en el pliegue de ls α-sinucleína, las proteínas tienden a acumularse formando coágulos. Estas acumulaciones de la proteína suelen ser considerados la “seña de identidad” de la enfermedad de Parkinson.
Lag3 y Aplp1. Las otras protagonistas son las proteínas Lag3 y Aplp1. El estudio de estas proteínas, explica el equipo responsable, mostró cómo a través de su interacción la α-sinucleína puede alcanzar las células de nuestro cerebro.
“Ahora que sabemos cómo interactúan Lag3 y Aplp1, tenemos una nueva forma de comprender cómo la alfa-sinucleína contribuye a la progresión de la enfermedad de Parkinson,” explicaba en una nota de prensa Xiaobo Mao, miembro del equipo responsable del estudio.
Los detalles del trabajo realizado fueron publicados en un artículo en la revista Nature Communications.
Tratamiento aprobado. El equipo destaca la implicación positiva de su hallazgo: ya tenemos un fármaco que interactúa con estas moléculas y que por tanto podría cerrarle el paso a las moléculas α-sinucleína. Se trata denivolumab/relatlimab, un tratamiento basado en un anticuerpo de la proteína Lag3.
Según los resultados preliminares este podría anular esta proteína, impidiendo su unión con Aplp1 y con ello impidiendo que estas proteínas abran la “puerta” de la pared celular a α-sinucleína.
El tratamiento fue aprobado por las agencias reguladoras del medicamento en Estados Unidos y Europa en 2022. Este hecho debería facilitar la aprobación de un segundo uso de este fármaco (como ha ocurrido con Ozempic y otros) pero antes deberá demostrar su efectividad en ensayos clínicos con personas.
Imagen | beejees
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