Nestlé es la compañía alimentaria más grande del mundo. Pero hoy por hoy no acaba de encontrarse a sí misma. Este mismo año, el conglomerado vendió su división de dulces en EEUU ante el desplome de los beneficios y se ha embarcado en una política de inversiones en líneas de negocio más saludables como el fabricante de comidas vegetarianas Sweet Earth Foods, el servicio de entrega de comidas Freshly o el fabricante de suplementos dietéticos Atrium.
No son movimientos 'cosméticos'. Según Bloomberg, los 2.300 millones de Atrium la convierten en la mayor compra de una empresa de productos médicos y nutricionales en más de una década. Pero si queremos ver su jugada más disruptiva tendremos que irnos a Japón.
En busca de un lugar en un mundo nuevo
Allí, a modo de enorme laboratorio de “nutrición personalizada” ha iniciado un programa centrado en el envejecimiento, la salud y la longevidad con más de 100.000 participantes. El “Nestlé Wellness Ambassador” pide a los participantes enviar fotos de los alimentos que consumen para recomendar cambios en el estilo de vida y sugerir suplementos personalizados.
El programa, que puede llegar a costar hasta 600 euros al año en cápsulas, batidos o productos individualizados, pide también un análisis de ADN de los participantes. Estos análisis pretenden identificar susceptibilidad a patologías como el colesterol o la diabetes; pero, sobre todo, crear una enorme base de datos genéticos que poder usar en el campo de la nutrición. La utilidad nutricional del proyecto está en debate, la estratégica está fuera de toda duda.
La batalla por el ADN
Hace unos meses hablábamos de cómo una de las empresas de análisis genéticos más conocidas, 23andMe, estaba vendiendo el acceso a su base de datos a algunas de las grandes farmacéuticas del mundo con el pretexto de contribuir al desarrollo de la medicina de precisión.
En ese sentido, Nestlé no está haciendo nada nuevo. Hay decenas de empresas y startups de pequeño tamaño trabajando en proyectos de este tipo. Proyectos que por eso mismo tienen un alcance muy pequeño. Nestlé, en cambio, tiene la capacidad operativa de llevarlo un paso más allá. Muchos analistas, empiezan a hablar ya de la "comida como servicio" ('food as service'), propuestas a medio camino de la alimentación personalizada y los nutracéuticos que puedan sacar a las grandes corporaciones del estancamiento en el que están.
Con una apuesta tan fuerte por la 'nutrición de precisión', Nestlé muestra sus cartas y, con ello, confirma que la batalla por el ADN no solo está en marcha (cosa que ya sabíamos) sino que las principales corporaciones del mundo están tomando posiciones en ella.
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