Cuando hablamos de prótesis de manos siempre surge un problema: la sensibilidad. El usuario que la lleva no suele tener posibilidad de controlar la presión que ejerce con los dedos como respuesta a lo que está tocando. Un nuevo desarrollo que nos llega desde el Cleveland Veterans Affairs Medical Center puede ser una solución.
Su mano biónica incluye una nueva interfaz que es capaz de recibir información precisa de 20 zonas de contacto de la mano y estimular a los nervios del brazo, los cuales envían la información al cerebro y la mano actúa en consecuencia.
En la prueba piloto, realizada con dos pacientes y que ya lleva pasada una fase de 18 meses, estos han sido capaces de determinar la dureza de objetos, como cerezas (en el vídeo de abajo), y aplicar la presión adecuada para poder manejarlas sin estropearlas.
Para los científicos detrás de este avance, lo más sorprendente es la posibilidad que se abre para empezar a pensar en manos biónicas capaces de recoger sensaciones y trasladarlas de forma fiel al paciente, así como en la resistencia de las conexiones eléctricas con los nervios, que habitualmente se deterioran más rápidamente.
Vía | MIT.
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