La búsqueda de la eterna juventud lleva a millonarios de Silicon Valley a hacerse tratamientos experimentales en Honduras

El anhelo de la eterna juventud es inherente al poder. Reyes y personajes poderosos a lo largo de la historia se han embarcado en ilógicas búsquedas de la eterna juventud en forma de reliquias, cálices sagrados y otras leyendas mitológicas. En pleno siglo XXI, los millonarios de Silicon Valley han cambiado castillos, tierras, súbditos y títulos nobiliarios por miles de millones de dólares, pero mantienen la misma creencia de la eterna juventud.

Bryan Johnson es uno de los mejores exponentes de ese grupo de millonarios preocupados por la vida eterna que, desde 2020, recibe un riguroso programa anti edad llamado Blueprint. En su búsqueda de la eterna juventud, el millonario se ha sometido a un tratamiento genético experimental no aprobado por las autoridades sanitarias de Estados Unidos, por lo que ha tenido que salir de sus fronteras para recibirlo.

Folistatina, el nuevo ‘Cáliz’ de la eterna juventud. El pasado mes de septiembre, Bryan Johnson escribía en su perfil de Instagram: “Ayer recibí mi primera terapia génica: folistatina. Ahora soy un humano genéticamente mejorado (GEH)”. Con este comunicado el millonario daba a conocer el nuevo tratamiento anti envejecimiento que había recibido. Lo que Johnson no contaba es que es un tratamiento experimental todavía en desarrollo que no cuenta con la autorización de las autoridades sanitarias de EE.UU.

Los últimos estudios realizados en ratones apuntan a que la terapia con el gen que genera la folistatina ayuda a controlar la obesidad y contribuyó al crecimiento muscular, reduciendo el deterioro de los tejidos. Según los investigadores, esta capacidad regenerativa convierte a la terapia génica con folistatina en un enfoque prometedor para tratar afecciones como la distrofia muscular y otras enfermedades que deterioran el desarrollo muscular.

Conejillo de indias inmortal. Dado que la terapia con folistatina todavía está fases tempranas de experimentación con ratones, en los que está teniendo un 30% de éxito según admitía el propio Johnson en su publicación. No obstante, la investigación todavía no cuenta con los permisos necesarios para experimentar en humanos, por lo que el millonario fundador de Braintree ha tenido que desplazarse hasta la caribeña isla de Roatán frente a la costa de Honduras para recibir el tratamiento genético. Según fuentes de Bloomberg, Johnson se habría convertido por elección personal en el millonario conejillo de indias de un ensayo clínico de terapia génica.

El tratamiento lo ha llevado a cabo la startup Minicircle, una compañía que cuenta con inversores como Peter Thiel o Sam Altman, que en más de una ocasión se han mostrado preocupados por tener una vida muy longeva. Las informaciones apuntan a que el tratamiento costaría unos 25.000 dólares por sesión, pero la empresa no estaría cobrándole las dosis porque, según publica el medio americano, “Johnson es, con diferencia, la persona de más alto perfil que ha venido aquí. Bryan nos está dando algo que vale más de lo que le cobraríamos”, declaraba Mac Davis, cofundador de Minicircle.

Millones de dólares invertidos en juventud. Bryan Johnson no es un novato en la búsqueda de la eterna juventud. El millonario inició en 2020 un proyecto llamado Blueprint en el que invierte una media de dos millones de dólares anuales para ralentizar su reloj biológico. Tras esa inversión, el millonario de 45 años admite tener una edad biológica de una persona de 37 años, la piel de una de 28 y la capacidad pulmonar de un joven de 18 años.

Su sistema consiste en un estricto control de la dieta, hábitos deportivos y de descanso, alternados con transfusiones de plasma de su hijo y la monitorización continua por parte de un equipo médico formado por 30 doctores.

Marc Davis, fundador de Minicircle, la empresa que está investigando esta terapia antiedad declaró en 2020: “Las claves de la inmortalidad: ya hemos descubierto algunas de ellas. Nuestra elección es simplemente probarlo y no vernos obstaculizados por el miedo y la regulación”.

En Xataka | La muerte es el precio que pagamos por ser quienes somos: la ciencia de la búsqueda de la inmortalidad

Imagen | Pexels (RF._.studio), Bryan Johnson