Todo indica que lo peor de la pandemia de Covid ha pasado ya en España, pese a que la enfermedad siga causando hospitalizaciones y muertes. Con todo, han pasado ya dos años largos en los que hemos tenido que aprender a convivir con este virus. Y tras este largo tiempo en el que se han registrado más de 12 millones de contagios en España aún hay gente que ha logrado esquivar la infección, o al menos la enfermedad causada por el SARS-CoV-2. ¿Cómo lo han logrado?
¿Cuanta gente se ha librado del Covid? En primer lugar, hay que tener en cuenta que el número de casos de Covid registrados no es un indicador adecuado para estimar cuánta gente se ha librado del contagio. Los 12,24 millones de casos que señalan las estadísticas implicarían que un 26% de la población española ha pasado por esta enfermedad, pero esta cifra incluye algunas personas que se han infectado varias veces, a la vez que pasa por alto a muchos que se contagiaron y cuyo contagio no se registró en las estadísticas. Esto incluye muchas infecciones asintomáticas.
El último gran estudio serológico realizado por las autoridades se llevó a cabo antes de que se iniciara la vacunación de la enfermedad, en diciembre de 2020, y estimó que casi el 10% de la población había sufrido la infección.
Estudios más recientes señalan el crecimiento de la cifra en el último año y medio. Los autores de un análisis de seroprevalencia en la Comunidad Valenciana indicaban que el dato que obtuvieron (un 50%) podía ser extrapolable al resto de España. Estimaciones de la Comisión Europea señalan en cambio que la proporción de europeos infectados en algún momento sería superior, entre el 60 y el 80%.
Casos asintomáticos o personas que nunca se han contagiado. Esta discrepancia entre las cifras se debe a la naturaleza de los datos en sí, se miden cosas distintas, pero también al hecho de que muchas personas han pasado por la infección sin sufrir los síntomas de la enfermedad. Todos conocemos a alguien que no ha sufrido el Covid pero quienes se han tenido que hacer tests regularmente, pocos pueden asegurar no haber estado nunca infectados por el virus.
No sabemos por qué. Sin embargo, aunque no sepamos a ciencia cierta cuántos son, sabemos que hay gente que no ha sido infectada ni sintomática ni asintomáticamente. Lo que no sabemos es por qué, cómo han logrado esquivar el virus durante estos dos años de pandemia. La investigadora de la Queen's University de Belfast Lindsay Broadbent trató de contestar a esta cuestión recientemente en un artículo para The Conversation.
La primera intuición es que estas personas no hayan estado expuestas al virus. Mucha gente ha llevado al extremo las medidas de precaución contra el virus, es cierto, pero estas medidas no logran explicar el número de personas no contagiadas. Tras 26 meses de pandemia mucha gente ha “bajado la guardia” sin haberse contagiado después.
La suerte. Sin embargo esta explicación contrasta con las experiencias de la gente. Se conocen casos en los que individuos se han contagiado sin saber siguiera en qué momento y casos de contactos estrechos en los que no ha habido infección.
Hay una infinidad de factores que afectan y que vincularíamos a la suerte: la carga vírica, características del espacio que nos rodea, corrientes de aire… Por eso hay poco que podamos asegurar a ciencia cierta.
Las vacunas. Es cierto que mucha gente ha “bajado la guardia” tras la vacunación, y este podría ser un factor importante. De nuevo las vacunas solo pueden ser parcialmente responsables de este fenómeno. Se sabe que las vacunas tienen una gran tasa de éxito a la hora de evitar los casos graves de Covid pero que su capacidad para limitar las infecciones es menor.
Pero de nuevo, indica Broadbent en su artículo, las vacunas no pueden explicar del todo este fenómeno, puesto que entrada en juego de ómicron redujo aún más la capacidad de las vacunas para evitar la infección por SARS-CoV-2.
¿Hay otras explicaciones? En el artículo de Broadbent, la investigadora señala otras posibles explicaciones. En él habla de la posibilidad de que el factor relevante esté en los receptores de las células. En este caso, el virus entraría en el cuerpo de estas personas inmunes pero no lograría adentrarse en las células para multiplicarse y desatar una reacción en cadena.
La inmunóloga de la Universidad de Birmingham Zania Stamataki coincide en señalar esta posibilidad en un artículo para The Guardian. En él explica el posible papel de las proteínas ACE2, que pueden ayudar a explicar por qué los niños son menos vulnerables frente a esta enfermedad.
Otra posibilidad que trata Broadbent tendría que ver con la respuesta inmunitaria. Se sabe que la respuesta de este sistema de defensa tiene mucho que ver con los síntomas propios de la enfermedad, pero una acción rápida y eficaz de éste podría en teoría cortar de raíz la expansión del virus por el cuerpo humano.
Pero, ¿por qué sólo algunas personas? Hay tres factores a tener en cuenta. El primero de ellos tiene que ver con el estilo de vida, los hábitos saludables deberían tener cierto impacto. El artículo pone de ejemplo el sueño, no dormir lo suficiente podría condicionar la capacidad del cuerpo para esquivar las infecciones.
El segundo aspecto a tener en cuenta según Broadbent depende menos de nosotros, y es la genética. Se sabe que la genética está relacionada con la aparición de cuadros graves de Covid. Resulta por tanto plausible que la genética esté detrás de estos procesos en los que el cuerpo gana la partida a la infección.
Es previsible que esfuerzos puestos en esta dirección nos den más pistas sobre la interacción entre genética y vulnerabilidad frente al Covid, aunque tarde puede que de utilidad para afrontar futuras epidemias.
La tercera explicación podría venir de fuera de nuestro cuerpo. Se conocen cerca de 200 tipos de coronavirus aunque no lleguen a 10 las variantes que se sabe pueden afectar a humanos. Cuatro tipos de coronavirus son de hecho los causantes del 30% de los catarros.
Desde las primeras etapas de la pandemia se especuló con la posibilidad de que catarros causados por estos virus podrían causar inmunidad frente al Covid. La clave podría estar, según señalan algunos expertos, en los linfocitos T, unas células clave en el sistema inmunitario encargadas de la protección frente a virus y otros organismos.
Para Broadbent esta es una posibilidad, aunque señala también que contrasta con la tasa de reinfección del Covid, que permite que varios contagios sean posibles en el plazo de un año.
Tanto Stamataki como Broadbent concluyen sus artículos con una llamada a la cautela, y es que en palabras de la segunda “es sensato continuar tomando precauciones contra este virus sobre el que todavía sabemos tan poco.”
Imagen | Anna Shvets en Pexels
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