Si viviéramos en 1850, nuestro "médico de cabecera" nos indicaría que lo normal es tener una temperatura de 37ºC, un grado más de lo que se considera común en nuestros días.
Un reciente estudio ha analizado miles de reportes desde hace más de doscientos años comprobando que la temperatura corporal media ha cambiado paulatinamente, cada década, hasta alcanzar los 36ºC de media actuales. Las razones, explican sus autores, podrían estar tras los procesos inflamatorios.
Un grado menos que hace ciento cincuenta años
El estudio ha recogido informes médicos desde 1850. En la revisión, explican los investigadores, queda patente que la temperatura corporal media en el siglo XIX era de 37ºC, un grado alejada de la que consideramos actualmente. Según el modelo, determinado tras analizar miles de estudios, la temperatura ha bajado a un ritmo de 0,03ºC por década.
La revisión, hay que advertir, solo tiene en cuenta datos obtenidos en Estados Unidos, aunque teniendo en cuenta que la media de temperatura es homogénea prácticamente por todo el mundo, nada indica que este dato pudiera ser decisivo, aunque no olvidemos que podría existir un sesgo poblacional.
Por otro lado, la tecnología ha avanzado de manera increíblemente abrumadora en las últimas décadas. ¿No podría deberse esta variación a un error de medición? Para asegurarse, los investigadores analizaron el número suficiente de estudios, empleando los métodos estadísticos adecuados para reducir al máximo la desviación estadística por error.
El resultado es un claro patrón de descenso independiente de los métodos de medición, ligado más bien a unos procesos fisiológicos cambiantes. Pero, ¿de qué procesos fisiológicos hablamos? ¿Qué ha cambiado en estos 150 años para que nuestro cuerpo muestre tal variación?
Los procesos inflamatorios podrían tener la clave
Los expertos han trabajado varias hipótesis tratando de entender esta manifestación corporal. Su opinión da valor a un proceso fisiológico muy relacionado con la temperatura: la inflamación. Cuando sufrimos una herida, somos atacados por virus o bacterias, o una toxina entra en contacto con nuestro sistema, nuestro cuerpo reacciona.
El proceso inflamatorio es uno de los principales medios por los cuales combate estas agresiones. Este ocurre en los tejidos vascularizados por acción del sistema inmunitario innato, antes de que se ponga en marcha el sistema inmunitario adquirido. En él, el tejido se inflama, se llena de elementos inmunitarios y aumenta la temperatura con el objetivo de inmovilizar, inutilizar y matar o eliminar a los agentes infecciosos.
Hace 150 años, explican los autores, estos agentes infecciosos estaban por doquier. Como cabe esperar, las medidas de higiene y la medicina moderna han conseguido mitigar una cantidad ingente de agresiones infecciosas y lesiones que desencadenan diversos procesos inflamatorios: desde una torcedura a laceraciones, pasando por una bronquitis u otras enfermedades.
Los expertos creen que esta reducción paulatina, que en definitiva consiste en la mejora en la calidad de vida de la sociedad a nivel general, está detrás de esta reducción de la temperatura media, como consecuencia de una reducción de dichos procesos inflamatorios.
Aun así, los autores son cautos, pues esta no deja de ser una hipótesis, aunque coincida con el modelo propuesto. Recordemos que causalidad y casualidad no son lo mismo. En cualquier caso, los resultados dejan claro que hay una reducción en la temperatura media, independientemente de que sepamos de si esto se debe a una mejor calidad de vida o a otra cosa.
Imágenes | Pixabay
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