Tras vacunar al 62% de la población que recibió al menos una dosis (el 56%, las dos), desde el 18 de abril Israel ha levantado la obligatoriedad de llevar mascarilla al aire libre.
Polonia, si continúa su ritmo de vacunación, permitirá estar en la calle sin mascarilla desde el 15 de mayo. 2,7 millones de habitantes están inmunizados en un país de 38 millones de ciudadanos.
En Estados Unidos, con el 37 % de la población adulta ya completamente inmunizada, no es necesario llevar mascarilla al aire libre si no estás rodeado de mucha gente (y ya estás completamente vacunado).
En Gibraltar tampoco no se exige el uso de la mascarilla para actividades en espacios exteriores desde finales de marzo, cuando tenían 30.232 inyecciones administradas en primera dosis y 24.355 personas vacunadas con la pauta completa (para una población de unos 33.000 habitantes).
Observando las decisiones que se están tomando ya en los países donde existe un gran porcentaje de vacunados, ¿podemos ser optimistas en España? ¿Pronto dejará de ser obligatorio llevar mascarilla?
Improbable contagio al aire libre
A pesar de que el 9 de mayo termina el estado de alarma en España, el Gobierno y las comunidades autónomas están asistidas por la Ley 2/2021 de medidas urgentes de prevención, contención y coordinación para hacer frente a la crisis sanitaria ocasionada por el COVID19, que establece que la mascarilla es obligatoria tanto en espacios abiertos como cerrados.
Si bien las autoridades sanitarias de España todavía no se han pronunciado sobre cuándo se podrán dejar de utilizar las mascarillas en España, la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública e Higiene (SEMPSPH) habla del mes de agosto como la visión más optimista, y fin de año como la que menos.
Concretamente, en una entrevista para Redacción Médica, Rafael Ortí, presidente de SEMPSPH, ha declarado: “Esto podría pasar a finales de año como mínimo. Podremos estar así cuando tengamos una inmunidad poblacional de un 50 o 70 por ciento. Si la incidencia acumulada empieza a reducirse de una forma importante, en ese momento habría que plantearse, pero no en distancias cortas, sino en espacios públicos abiertos”.
Ana Fernández-Sesma, viróloga española en el Hospital Mount Sinaí de Nueva York, también ha declarado en una entrevista que el fin de la mascarilla llegaría sobre el verano, quizá otoño, así que parece que la fecha clave está en algún momento de los últimos seis meses del año.
En este sentido también se ha pronunciado el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, que sugiere que las normas de distanciamiento y los requisitos de mascarilla podrían relajarse para quienes estén vacunados contra la COVID-19, una información que podría ser comprobada fácilmente si se aprueba el Certificado Verde Digital de Vacunación (CVD). Concretamente, el ECDC plantea tres escenarios según el peligro de contagiarse en encuentros con personas vacunadas:
- Una o más personas jóvenes o de mediana edad de una misma burbuja no vacunadas se reúnen con una persona totalmente vacunada.
- Una persona joven completamente vacunada se encuentra con una o más personas no vacunadas de una misma burbuja.
- Un grupo de personas completamente vacunadas se reúne con otro grupo también inmunizado, sean de la edad que sean.
Lo que parece claro es que, una vez tengamos un mínimo de un 50 - 70% de la población vacunada, una de las primeras cosas que se puede hacer para regresar a cierta normalidad es retirar la obligatoriedad del uso de mascarilla en exteriores. Porque el mayor riesgo de transmisión del SARS-CoV-2 se produce en interiores, no en exteriores.
En el exterior, las partículas de los aerosoles se dispersan mucho más rápidamente, lo que reduce significativamente el riesgo si lo comparamos con un interior en el que hay muchas personas y hay poca circulación de aire. Si hay un gran porcentaje de vacunados, pues, el riesgo de contagio en exteriores es tan bajo que llevar mascarilla no resultará imprescindible.
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