La productividad consiste en hacer las tareas en menos tiempo para que estas no ocupen tiempo personal o de ocio
Cuando esa búsqueda de la máxima productividad roba tiempo a la vida personal, se convierte en productividad tóxica
La productividad, entendida como el rendimiento y la eficiencia en nuestras tareas diarias, no debería ser un fin en sí mismo, sino una herramienta para conseguir una vida más plena. Una forma de optimizar al máximo el tiempo que se dedica al trabajo o a realizar las tareas diarias, para que estas no se extiendan a un tiempo que debería usarse para el ocio personal, la familia, deporte o relaciones sociales.
Sin embargo, adoptar un enfoque constante en "hacer más" puede volverse contraproducente, afectando a la salud mental y física. Según Israa Nasir, psicoterapeuta y autora del libro 'Toxic Productivity', aseguraba a FastCompany que ese fenómeno, conocido como productividad tóxica, es bastante más común de lo que imaginamos.
"Una de las razones más importantes por las que la gente se centra tanto en la productividad es porque nos hace sentir bien con nosotros mismos. La productividad también puede crear un desequilibrio en tu vida cuando es lo único que importa. Es la forma más rápida de agotarse".
Productividad tóxica
Por definición, la productividad debería ser algo positivo, ya que representan una serie de técnicas y herramientas que nos permitirían hacer las tareas de forma más eficiente y dejar más tiempo libre para el ocio. Sin embargo, la productividad útil se convierte en productividad tóxica cuando domina todos los aspectos de nuestra vida y empieza a dejar en segundo plano la importancia de dedicar tiempo a otras cosas que no sean trabajar.
Nasir explica que, en estos casos, nuestra identidad queda reducida a los resultados. "Los logros externos están muy condicionados a las circunstancias de la vida, y puede ser emocionalmente peligroso poner todos los huevos de tu autoestima en la canasta de la productividad. Creemos que es porque nos esforzamos y somos personas activas, pero en realidad somos como el hámster en la rueda del trabajo".
Según la autora, convertir a la productividad en el centro de todo en la vida provoca estados de ansiedad, depresión y sentimientos de culpabilidad cuando se intenta disfrutar de momentos de ocio, e impide disfrutar plenamente de ellos. Nasir asegura que el resultado de esa obsesión por ser extremadamente productivo a cada minuto acostumbra en terminar con un diagnóstico de burnout, problemas de ansiedad y depresión.
1 - El exceso de compromiso
Uno de los primeros síntomas de la productividad tóxica es tratar de comprometerse demasiado. Dejarse llevar por la 'Cultura del ajetreo' que describía The New York Times y llenar la agenda de reuniones, tareas y compromisos es algo que acostumbra a valorarse de forma positiva, pero, en realidad, es uno de los mayores errores.
En una entrevista conjunta de Bill Gates y Warren Buffett para el programa de Charlie Ross en 2017, Bill Gates comentaba una de las grandes lecciones que le enseñó Buffett sobre el dominio de su tiempo. "El hecho de que sea tan cuidadoso con el tiempo, tiene días en los que no hay nada en [su agenda]... sentarse y pensar puede ser una prioridad mucho mayor. No es un indicador de tu seriedad el hecho de que hayas ocupado cada minuto de tu agenda". "La diferencia entre las personas exitosas y las personas realmente exitosas es que las personas realmente exitosas dicen no a casi todo" destacaba Bill Gates.
Afrontar la negativa a asumir nuevas tareas acostumbra verse como un rasgo de falta de compromiso. Sin embargo, ser demasiado amable y cargar con una carga de trabajo excesiva tiene un efecto negativo en su rendimiento. Poner límites a nuevas tareas permite dedicar más tiempo a las que ya se han asumido para evitar cometer errores y deja espacio para el tiempo de descanso, que también forma parte de la productividad.
Si quieres llenar toda tu agenda, programa en ella también eventos sociales y de ocio. Bloquea en tu agenda el tiempo que dedicas a ir al gimnasio, las reuniones con tus amigos o las comidas familiares dándoles la misma prioridad que a una reunión del trabajo o a la cita con un cliente.
2 - Descansar es lícito y saludable
Según la psicoterapeuta, otro síntoma habitual de la productividad mal entendida es la incapacidad para regular las emociones y sentirse culpable por dedicar tiempo al ocio o la familia, cuando las tareas se acumulan en agenda laboral.
El descanso se percibe como una pérdida de tiempo y eso genera ansiedad y sentimientos de culpa. “La culpa es una emoción orientada a la acción. Cuando sentimos que deberíamos hacer algo con el tiempo, la forma de aliviar la culpa es actuar. 'No debería dormir hasta tarde' o 'No debería ver la televisión'”, explica Nasir.
Por otro lado, el descanso también se percibe como una actividad relacionada con la pereza, lo que tiende a generar vergüenza. "No queremos ser la persona que no hace nada. Por lo general, recurrimos a la evasión para procesar la vergüenza. ¿Qué mejor manera de evitar una emoción que estando ocupados? Nos motiva a saltarnos el descanso u otras actividades de ocio", explicaba Israa Nasir.
3 - La multitarea no es trabajar más
Hacer muchas cosas no es hacer "más" cosas. Aunque pueda parecer algo contraintuitivo la multitarea es uno de los mayores errores a la hora de ser productivos y, a algunos, incluso les ha costado el empleo.
Según una investigación de la Universidad de Stanford, es hasta un 40% menos productivo intentar realizar varias tareas simultáneamente, que hacerlas una tras otra. Esta "pérdida de tiempo" de la multitarea con respecto al trabajo secuencial, es equivalente a ir a trabajar "fumando marihuana o quedándonos despiertos toda la noche", señalaba el estudio de Stanford.
"La multitarea tiene una carga cognitiva muy alta debido a la cantidad de energía que el cerebro gasta para procesar información. No existe una forma verdadera de realizar varias tareas a la vez. Creemos que estamos haciendo varias cosas al mismo tiempo, pero solo es nuestro cerebro cambiando rápidamente de una tarea a otra y eso supone una tarea muy exigente", asegura Nasir.
La psicoterapeuta asegura que la multitarea es la prueba de que nuestro cerebro entra en "piloto automático" por no tener consciencia de nosotros mismos. "Mucha gente ve la televisión y navega al mismo tiempo. Tu cerebro pasa de procesar la televisión a las redes sociales, y eso es muy desconcertante. Después te sientes un poco más agotado en lugar de relajarte".
Imagen | Unsplash (Keenan Beasley), Pexels (Marcus Aurelius)
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