La semaglutida, el compuesto popularizado bajo su nombre comercial Ozempic, es un medicamento inyectable originalmente ideado para tratar la diabetes tipo 2. Sin embargo, en el último año, este tratamiento se ha convertido en una herramienta para combatir la obesidad y el sobrepeso. Aunque efectivo, está lejos de ser un tratamiento milagro.
Eficaz, con límites. Durante el último año, un medicamento destinado a tratar la diabetes, Ozempic, se ha convertido en una promesa a la hora de evitar la obesidad. A pesar de su efectividad demostrada en este sentido, hay que tener en cuenta que no se trata de un tratamiento milagro. Como tantas otras formas de luchar contra la obesidad, la semaglutida presenta un pero importante: el efecto rebote.
Un estudio realizado en este contexto y publicado en la revista Diabetes, Obesity and Metabolism, los pacientes tratados con semaglutida como forma de aliviar problemas de obsesidad, recuperaron en promedio dos tercios del peso perdido durante el tratamiento.
Otro de los problemas documentados con respecto a este uso alternativo del fármaco ha sido la falta de suministro. Esta se dio poco después de que algunos personajes famosos “viralizaran” este uso del tratamiento, y llegó a forzar la reacción de las autoridades sanitarias españolas, pesa a que su uso aquí esté restringido al tratamiento de la diabetes.
Efectos secundarios. Como cualquier otro medicamento, la semaglutida tiene también efectos secundarios. Los posibles efectos secundarios considerados “graves” de este medicamento se restringen a la enfermedad ocular diabética y, con poca frecuencia, a inflamación en el páncreas y posibles reacciones alérgicas.
El tratamiento también provoca otros efectos adversos más leves pero a la vez más habituales, como las náuseas, diarrea o, también en su uso prescrito para diabéticos, hipoglucemia. Náuseas y diarrea, eso sí, tienden a desaparecer con el tiempo.
Hasta la saciedad. La semaglutida funciona como un análogo de la hormona GLP-1. Esta hormona es segregada durante nuestro proceso digestivo. Lo que hace este fármaco es ralentizar el tránsito intestinal, fomentando así la sensación de saciedad y, a la vez, pudiendo causar náuseas.
En resumen, Ozempic hace que aumente nuestra sensación de saciedad, con lo que hace que consumamos menos alimentos y así perdamos peso. Curiosamente, también existen algunos indicios de que este medicamento lleva a un menor consumo de alcohol.
La cara más visible, pero no la única. Y a pesar de todo, la aparición de Ozempic en el mapa es una buena noticia. Más allá del consejo de no dejarse llevar por las recomendaciones sanitarias de las celebrities de turno, fármacos como este pueden ayudarnos a luchar, no contra la obesidad en sí misma, sino contra el gran reto sanitario de nuestra era: las enfermedades no transmisibles.
Ozempic no es el único fármaco con potencial para ayudarnos en esta lucha, pero sobre todo lo que se ha hecho evidente es que el tratamiento de estos problemas no debe dejarse sólo en las manos de un fármaco (o al menos no de momento), sino que debe comprender un cambio más profundo en nuestros estilos de vida.
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dark_god
El problema es que la gente pretende tratamientos milagro para seguir comiéndose un cochinillo diario como obelix. Esto aparte de acarrear los problemas descritos es un desperdicio de comida bastante grande. A mi antes me sobraban unos cuantos kilos, bajé bastante de peso (un año más o menos bajando de peso progresivamente) y lo que se ahorra en comida no es moco de pavo. Dejé de comer lo típico de picar, como un tercio de la carne que comía antes y en general prefiero legumbres. El ahorro es sustancial. Fácilmente gasto la mitad de lo que gastaba antes.
acresent90
Veo que todos culpan al gordo por estar gordo, y no siempre es así. Mi familia es gorda cerca de los 100 kilos incluyendo a mi madre que con mucho esfuerzo se mantenía alrededor de los 73kg. La mayoría come bastante mal es cierto, pero ella siempre ha comido verduras, muchas frutas y mucha ensalada, 1 harina con cada comida y nada de panadería y sin embargo no baja.
Ahora estaba cerca de 76 y le dieron liraglutida (por hipertensión apnea incapacidad para hacer ejercicio por salud,) que es anterior a semaglutida y aunque los efectos han sido brutales en su caso, ha bajado bastante.
No es para todos, y debe ser controlado por el médico porque puede ser mortal si es mal usado, pero en ciertos casos es la única solución.
Es cierto que mucha gente está gorda por no hacer ejercicio y comer mal, pero otra lo es por genética.
Pd cómo lo mismo de mi madre no hago ejercicio y es frecuente que este baja de peso, así que a veces la comida no es todo el problema.
mszerox
El dañar el pancreas es LETAL. Es junto al corazon, pulmon y cerebro los organos que una vez se dañen, estaras jodido.
El medicamento se hizo para la diabetes, no para que cualquier cuñadis lo use para tomar cervezas o chupitos todo el dia como si no hubiera mañana.
Lymphocytus B
Éramos pocos, y parió la abuela:
Así funciona la retatrutida, el innovador fármaco para adelgazar que entusiasma a los científicos y promete ser más eficaz que la semaglutida