Ayer, el ministro de sanidad francés, Olivier Véran, publicó un tuit en el que se decía "tomar medicamentos antiinflamatorios (ibuprofeno, cortisona...) podría ser un factor agravante de la infección [por coronavirus]. Si tiene fiebre, tome paracetamol. Si ya está tomando medicamentos antiinflamatorios o tiene dudas, consulte a su médico". Desde ese momento, a través de redes sociales, grupos de WhatsApp e incluso medios de comunicación, la idea de que el ibuprofeno podía ser peligroso en mitad del brote de COVID-19 ha corrido como la pólvora.
Tanto es así que la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios ha tenido que salir al paso de las informaciones y dejar claro que "no hay ningún dato que indique que el ibuprofeno agrave las infecciones por COVID-19". Esto es lo que se sabe (y lo que no) sobre la relación entre los antiinflamatorios y la evolución de la neumonía por coronavirus.
¿De dónde sale la idea?
Como señalaba Esther Samper, en los últimos días han corrido varios bulos en torno al ibuprofeno y el coronavirus. Tanto el supuesto estudio de la Universidad de Viena como los supuestos pacientes jóvenes graves de Toulouse que habían consumido antiinflamatorios han resultado ser informaciones falsas. Sin embargo, el tuit del ministro de sanidad está relacionado con una carta que se publicó en The Lancet, una de las revistas médicas más prestigiosas del mundo.
En la carta, tres investigadores de las Universidades de Basilea (Suiza) y Tesalónica (Grecia) planteaban que algunas de las comorbilidades más frecuentes entre los fallecidos en un hospital de Wuhan y en otras partes de China eran la hipertensión y la diabetes. A partir de ahí, exponían una hipótesis que relacionaba ciertos fármacos (entre ellos el ibuprofeno o el ketoprofeno) con una posible sobreexpresión de la encima ACE2 en las células pulmonares. Esa encima, según creen los investigadores, es una de las "puertas" moleculares que usa el virus para entrar e infectar dichas células.
Entonces, ¿es cierto?
No o, al menos, no hay ningún dato fiable que nos haga pensarlo. La carta en cuestión tiene cuatro párrafos y se enmarca en el esfuerzo general que está haciendo la comunidad médica para buscar, entre todos, maneras de derrotar al virus en su propio terreno. Pero, como señalan los mismos autores, no hay datos científicos para sostener la idea. Y, de hecho, hay varios puntos donde la hipótesis no se sostiene. Se trata, por decirlo de alguna manera, de una contribución al enorme 'brainstorming' científico de estas semanas que ha sido sacada de contexto.
La AEMPS ha dejado claro "no está contraindicado" el uso del ibuprofeno, ni "los pacientes que estén en tratamiento crónico no deben interrumpirlo"
Por supuesto, estas ideas nunca caen en saco roto. La AEMPS, en su comunicado de hoy, ha explicado que, pos si acaso, "la posible relación entre exacerbación de infecciones con el ibuprofeno y el ketoprofeno se está evaluando para toda la Unión Europea en el COmité de Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia". Sin embargo, "no está contraindicado", ni "los pacientes que estén en tratamiento crónico con ibuprofeno o ketoprofeno no deben interrumpirlo".
Lo curioso de este asunto es que todas las guías clínicas recomiendan como primera alternativa el uso de paracetamol para el tratamiento de la fiebre (y el resto de los síntomas del COVID-19) y el uso de ibuprofeno u otros aines de este tipo se recomienda en el caso de que no se pueda tomar la primera opción por algún motivo. Es decir, que, salvo aquellos casos concretos que lo necesiten específicamente, ningún contagiado estará tomando ibuprofeno bajo prescripción médica.
Imagen | The Lore
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