“A mi hijo se le llenó de pelo la frente, los mofletes, los brazos y piernas, las manos... Tenía las cejas de un adulto. Daba mucho miedo porque no sabíamos lo que le estaba pasando”, explicaba Ángela Selles al diario El País. Uriel, que así se llama su hijo, es uno de los 17 bebés que han desarrollado el 'síndrome del hombre lobo' por un fallo de una farmacéutica malagueña.
Según la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios, Farma-Química Sur puso en el mercado minoxidil, un vasodilatador que se suele usar para tratar la alopecia, como si fuera omeprazol. La compañía vende este último principio activo a granel para que las farmacias puedan fabricar jarabes y otras fórmulas magistrales que, en pequeñas dosis, se usan en bebés con problemas gástricos. Así se produjo la intoxicación.
¿Qué es el 'síndrome del hombre lobo'?
Pese a lo llamativo del nombre, la hipertricosis (conocida popularmente como 'síndrome del hombre lobo') es un crecimiento excesivo del vello corporal. Con la excepción de las plantas de las manos y los pies, las personas que manifiestan esta condición están cubiertas por un vello lanugo largo. A veces, muy largo.
Las hipertricosis congénitas (producidas por diversas alteraciones genéticas) son muy raras y, en la literatura histórica médica, aparecen ligadas al surgimiento de algunos de los mitos populares como el "hombre lobo". Las adquiridas, por otro lado, son mucho más comunes y suelen estar producidas por algunos cánceres, problemas metabólico-hormonales o, como en este caso, por ciertos fármacos. El minoxidil es uno de ellos.
En realidad, en este caso, la hipertricosis aparece solo como un efecto centinela de la intoxicación de minoxidil. El problema es que como se puede ver en los prospectos de este medicamento no se han realizado suficientes estudios del vasodilatador en niños como para saber cuáles podrán ser el resto de efectos adversos que pueden desarrollar.
¿Cómo ha sido posible una intoxicación así?
Los investigadores de la AEMPS ya han identificado el origen del problema. Gracias a a las notificaciones del Sistema Español de Farmacovigilancia de Medicamentos de Uso Humano, se identificó rápidamente que el problema estaba en los jarabes contra el reflujo gástrico. Fue la empresa distribuidora (Farma-Química Sur) la que, al preparar lotes pequeños para su venta a farmacias, se equivocó en el etiquetado vendiendo un principio activo como otro.
La AEMPS ya paralizó un lote de esta compañía el 11 de julio de forma preventiva. Tras la investigación, la paralización afectó a 22 lotes distintos y conllevó el cierre automático de la fábrica ante el grave incumplimiento de la normativa en vigor.
Por un lado, la AEMPS ha paralizado todas las actividades de la fábrica a la espera de que acabe la investigación y se evalúe si los errores son subsanables o no. Por el otro, la Fiscalía de Cantabria ha anunciado que abrirá diligencias penales contra la compañía y se espera que las de los otros lugares afectados sigan sus pasos.
Imagen | Piotr Janus
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