El proceso es relativamente sencillo: firmas unos papeles de consentimiento y voilá, ya eres un donante. Tu cuerpo será entregado a la ciencia cuando mueras. ¿Qué quiere decir esto? ¿Qué le harán a tus pobres restos? ¿Y cómo ayudará a que la ciencia avance? Esto es lo que ocurre con tu cadáver en el momento en el que decides donarlo.
Antes de nada: donar
Ser donante, en España, no parece nada especialmente complicado: solo tienes que ponerte en contacto con una facultad de medicina o instituto de salud que necesite cadáveres. Ellos te indican qué pasos legales seguir, que básicamente consiste en firmar un acuerdo de consentimiento. Una vez llegados al acuerdo la institución correspondiente sólo ha de esperar a que fallezcas.
Normalmente, si lo haces de manera accidental o donas tus órganos para otros fines (como salvar vidas), tu cuerpo será rechazado como donación ya que no servirá para los fines iniciales. ¿Cuáles son esos fines? La gran mayoría consisten en educación anatómica. En Reino Unido existen varios tipos de consentimiento de donación: el indefinido, que es el más parecido al español; el de tres meses, que es el tiempo en que la institución puede hacer lo que quiera con el cadáver, antes de devolverlo; y el parcial, en el que se quedan con partes del donante.
Actualmente, además de las propias instituciones, existen una serie de empresas y "asociaciones" dedicadas al negocio de la donación de cuerpos. Estas se encargan de recoger y tratar el cuerpo y suministrarlo (vendiéndolo) a los laboratorios interesados, sean estos de la institución que sean.
A su vez, estas empresas suelen encargarse de los gastos de enterramiento o cremación de los restos no donados, ya que a veces sólo se entregan partes del cuerpo. En cualquiera de los casos, la donación en España es completamente anónima y la identidad del fallecido se respeta lo máximo posible.
Primera parada de un cadáver
Ha llegado el día y toda la cadena comienza a funcionar. En el momento del fallecimiento, los familiares o encargados han de saber que el fallecido es donante. Al contrario de lo que ocurre en Estados Unidos, por ejemplo, la donación, al ser anónima, no queda patente más que en la voluntad del donante.
De esta manera, no suele ser común que nadie más que el fallecido y los más allegados lo sepan. En ese momento una llamada telefónica suele ser suficiente para que un equipo de la institución pertinente se presente a recoger los restos del donante. Este procedimiento es gratuito para los familiares y se realiza en las primeras 36 horas para asegurar el mejor estado posible.
Es la hora del embalsamamiento
Una vez llegados a la institución, el cuerpo pasa a ser embalsamado. Este procedimiento tiene cierto parecido con el embalsamamiento comercial, cuyo objetivo es que el cadáver no se pudra, pero es mucho más específico. El cuerpo se limpia y se prepara con diversas sustancias biocidas. Normalmente se introduce por la carótida una mezcla de formol y químicos que sustituye y elimina la sangre de los vasos.
Una vez preparado, se cuelga y se introduce en unas "piscinas de formol", que básicamente son tanques enormes donde se apilan. el formaldehído (o formol) se usa para deshidratar y conservar los tejidos. Los cuerpos pueden pasar mucho tiempo dentro de la piscina, esperando a ser "usados". En otros países, el embalsamamiento es más complejo y los cadáveres se momifican
En todos estos casos los cuerpos se quedan rígidos y apergaminados, de una manera bastante distinta a un cuerpo vivo. Esto supone un problema para los estudiantes. Por eso, en algunos casos, se trocea el cadáver y se congela. Estos trozos se emplearán más adelante en la manipulación concreta para simular una operación de ciertas partes del cuerpo, por ejemplo.
El objetivo de un muerto
Por fin llega el momento de protagonismo para el fallecido donante. Su cuerpo es dispuesto para una clase de anatomía. Este es el uso mayoritario de todos los cuerpos donados: el estudio médico. Los alumnos disponen de un cuerpo embalsamado para practicar y observar los tejidos, órganos y estructuras anatómicas. El cuerpo suele ser utilizado varias veces para aprovecharlo al máximo.
Así, es normal que los estudiantes utilicen cuerpos ya seccionados con anterioridad. Aun así, con el tiempo, los cadáveres se van estropeando, por lo que tarde o temprano estos serán inservibles. En ocasiones se utiliza sal para aumentar la duración del cuerpo sin pudrirse o, incluso, nuevas técnicas de embalsamamiento. En cualquier caso, hasta que llegue su fin, los restos de los donantes viajarán de los compartimentos de formol a la mesa de los estudiantes una y otra vez.
Al fin, el descanso eterno
Una vez que un cuerpo ya no sirve para nada más, los restos (en el sentido más literal posible) serán dispuestos para el descanso eterno. Los huesos podrían ser limpiados y empleados en el osario para continuar mucho más tiempo como material didáctico. Pero la materia blanda habrá de ser enterrada o, normalmente, quemada.
En España, dependiendo de si la familia lo solicitó, estos últimos restos pueden ser devueltos (normalmente años después) para que la familia disponga un sepelio conmemorativo o, sencillamente, guarde un recuerdo mortal del difunto donante. En general, todos los gastos de este tipo son cubiertos por la entidad que ha utilizado el cuerpo del paciente.
No se admiten cuerpos...
No todos los cadáveres tienen cabida dentro de un estudio, como decíamos. En primer lugar, solo se admiten aquellos fallecidos por muerte natural o enfermedad y siempre que su muerte no esté asociada con ningún tipo de intervención judicial forense. En el momento en el que hay un problema legal, el cuerpo probablemente será descartado por la autopsia que se le realizará o, sencillamente, por el tiempo que transcurrirá.
Tampoco se admiten cuerpos de donantes fallecidos por enfermedades contagiosas ya que esto supone cierto riesgo sanitario. En la mayoría de instituciones no se admiten donaciones de cuerpos cuyos órganos se hayan extraído para salvar una vida, excepto los ojos. La extracción, normalmente, estropea demasiado el cuerpo para que sirva para el estudio. Podemos ver algunas de las excepciones en el caso de las condiciones de la Universitat de València.
Otro problema puede ser estar muy lejos de la institución a la que se dona. Normalmente las universidades y centros solo recogen los cuerpos de manera intracomunitaria y dentro de las primeras 24 horas tras la muerte. Morir fuera de la Comunidad Autónoma de la institución supone en muchos casos la imposibilidad de donar.
Imágenes | Stewart Black / Flickr, Wikimedia, Unsplash
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