Un mes después del debate sobre una hipotética prohibición de fumar en las terrazas, llega un cambio en la legislación antitabaco. Uno que no tiene nada que ver con las terrazas, sino que afecta a los cigarrillos electrónicos de tabaco calentado.
Nuevo decreto. El Consejo de Ministros aprobó ayer un Real Decreto con el objetivo de unificar aspectos de la legislación antitabaco con la que afecta a dispositivos electrónicos. La ley, eso sí, solo afecta solo a una categoría de estos últimos, los de tabaco calentado.
El decreto prohíbe las versiones aromatizadas del tabaco: filtros, papeles de fumar o cápsulas que modifiquen el sabor del producto. Se trata por tanto de la ampliación de una prohibición que ya se implementaba en algunos de los productos desde hace años.
Además de prohibir estos aromatizantes, el decreto también prohíbe productos que intensifiquen su humo y filtros, papeles o cápsulas que contengan tabaco o nicotina adicionales.
Sin excepciones con el mensaje. Hasta ahora existía una exención a la obligación de incluir una combinación de mensaje informativo “El humo del tabaco contiene más de 70 sustancias cancerígenas”, con las fotografías habituales que podemos ver en las cajetillas. Esta exención desaparece con la entrada en vigor del decreto.
Transposición. El Real decreto es una transposición de una Directiva Delegada (una directiva no legislativa que publica la Comisión para completar o modificar cuestiones de algún acto legislativo por delegación Consejo y del Parlamento Europeo) de fecha 9 de junio que modificaba una directiva anterior, la Directiva 2014/40/UE.
Tabaco calentado. Los cambios no afectan a los vapeadores, los dispositivos más populares entre los que optan por versiones “electrónicas” del cigarrillo. El Ministerio ha explicado en su nota de prensa que se encuentra en el proceso de desarrollar una ley específica para los vaproizadores. Entonces, ¿cuál es la diferencia entre unos y otros?
Los vapeadores que, como su propio nombre indica, vaporizan un líquido sin relación con el tabaco en sí más allá de la nicotina que puede contener en algunas de sus versiones, líquido que es después inhalado por el usuario
Los cigarrillos electrónicos basados en el tabaco calentado tienen también un nombre explicativo: calientan el tabaco sin llegar a la combustión, liberando así una sustancia en forma de aerosol. Esta sustancia es, según explica la propia industria, en principio inodora. Al no haber combustión, estos productos tampoco dejan ceniza.
¿Más sano? El debate sobre los efectos sobre la salud derivados de estos productos está aún lejos de cerrarse. Desde la industria se vincula estos productos con la estrategia de reducción de riesgo, una aproximación práctica a las adicciones enfocada en minimizar su impacto en lugar de abordar su eliminación.
También hacen referencia una reducción del 95% del riesgo asociado a estos productos en comparación al tabaco tradicional. Esta cifra se corresponde a los datos de una revisión realizada por Public Health England en 2015.
Otros estudios, sin embargo señalan que algunos perjuicios pueden ser equivalentes. Por ejemplo, un trabajo de 2019 observó que cigarrillos convencionales y dispositivos de tabaco calentado causaban el mismo daño en las células pulmonares.
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