Nuestro cerebro puede manejar el multilingüismo, pero eso tiene costes para las lenguas que llegaron antes
"La cabeza es como una enorme isla llena de pingüinos", decía una vieja profesora de neurociencia. "Llega un punto en que por cada pingüino que entra, hay uno que tiene que salir. Los que dicen que el saber no ocupa lugar, no tienen idea de lo que hablan".
No sé si era provocación, divulgación o algo cien por cien verídico, pero no he podido evitar acordarme de ella ahora que acabamos de encontrar la primera evidencia experimental de que aprender un nuevo idioma hace más difícil recordar idiomas extranjeros aprendidos previamente.
Wat zegt u? Lo que oyen. Un equipo de investigadores de los Países Bajos ha estado trabajando en conocer con más detalle cómo funcionaba la "inhibición retroactiva". Es decir, cómo el aprendizaje del vocabulario de un nuevo idioma dificulta recordar las palabras de otras lenguas que hemos aprendidas previamente.
Nos inhibimos. La idea detrás de la "inhibición retroactiva" es que ciertos procesos de aprendizaje acaban interfiriendo con otros procesos de consolidación de la memoria. Así, cuando se aprende algo nuevo, esos aprendizajes pueden acabar por desestabilizar e desintegrar la información que ya teníamos aprendida. Los pingüinos que entran por los que salen.
El experimento. Aunque, en realidad, los investigadores no querían saber si eso ocurría con el aprendizaje de las lenguas, eso ya lo sabíamos. La intención de Anne Mickan y su equipo era dilucidar cómo y bajo que condiciones esto ocurría. Sobre todo, porque eso podría ayudarnos a mejorar la forma en que aprendmeos nuevos idiomas.
Más lentos. Para ello, seleccionaron a varios grupos de neerlandeses nativos y les enseñaron cómo se decían en español un conjunto de palabras que ya conocían en inglés. Los científicos evaluaron la rapidez y precisión con la que los participantes podían recordar esas palabras en inglés antes (y después) de aprenderlas en castellano.
Los resultados fueron bastante claros: mientras que aprender español no afectaba a la precisión de los participantes, si afectaba a su rapidez. De hecho, cuanto mayor tiempo pasó después de aprender español, más lentos se volvían.
Los efectos perjudiciales de aprender un nuevo idioma. Como dicen los autores "este estudio proporciona la primera evidencia empírica de los efectos perjudiciales que el aprendizaje de palabras de un nuevo idioma puede tener en recordar palabras de lenguas extranjeras previamente aprendidas". No obstante, conviene no sacar conclusiones precipitadas.
Por su diseño experimental, el trabajo neerlandés solo puede alumbrar de los efectos a corto plazo. Es decir, durante las primeras etapas de aprendizaje del nuevo idioma. No sabemos si, pasados esos momentos iniciales, la interferencia persiste, se ahonda o desaparece. Lo que está claro es que, en un mundo en el que la traducción parece la lengua del futuro, queda mucho por saber sobre los pingüinos que tenemos en la cabeza.
Imagen | Azwedo
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