Imagínate que en nuestro insaciable interés por el espacio, los humanos hemos logrado superar los desafíos que nos impedían llegar más allá de la Luna y hemos emprendido un largo y desafiante viaje a Marte. Dependiendo de la velocidad de lanzamiento, nos llevaría llegar al planeta rojo entre 150 y 300 días, ¿pero si durante ese tiempo alguno de los tripulantes fuera diagnosticado con, por ejemplo, apendicitis? ¿Sería posible una intervención a mitad de camino?
La NASA cree que MIRA podría ser la solución. Se trata de un pequeño robot quirúrgico que está siendo desarrollado por investigadores de la Universidad de Nebraska y que se espera que sea capaz de operar de forma autónoma en el espacio. Esta última característica del robot es elemental para viajes al espacio profundo, donde a medida que la nave espacial se aleje, las ondas de radio que permitirían controlarlo remotamente tardarían más y más en llegar a destino.
MIRA, primera parada: ISS
Pero antes de garantizar la salud de los astronautas que viajarán a Marte, el robot deberá superar una serie de pruebas muy estrictas, en Tierra y en el espacio. Afortunadamente tenemos dos estaciones espaciales operativas en órbita en estos momentos. La Tiangong, de la CNSA, y la ISS, de la NASA, Roscosmos, JAXA, ESA, y la CSA. Como se trata de un proyecto impulsado por la agencia estadounidense, se prevé que MIRA viaje a la ISS en 2024 para empezar con las pruebas.
Una vez a bordo de la ISS, los científicos tendrán la posibilidad de evaluar por primera vez el funcionamiento del robot cirujano en el espacio e ir preparándolo para futuras operaciones de forma remota y sin asistencia. En el pasado, por ejemplo, el exastronauta de la NASA Clayton Anderson consiguió realizar "tareas similares a una cirugía" controlando a MIRA desde el Centro Espacial Johnson, en Houston, a 900 kilómetros de la Universidad de Nebraska, en Omaha.
Las principales ventajas que tendrá este robot, según explican sus creadores, es que podrá realizar pequeñas incisiones para insertar sus instrumentos y realizar intervenciones quirúrgicas menos invasivas y molestas. Otra de las ventajas es que tendrá dos modos de funcionamiento: totalmente autónomo, para situaciones de menor complejidad, y mediante control remoto, para intervenciones que requieran un especialista dirigiendo todo el proceso.
Si bien las intervenciones quirúrgicas por control remoto no serán una opción para una nave que está viajando hacia Marte (recordemos el retraso de las comunicaciones), sí podría ser muy útil en caso de establecer una colonia. Un especialista podría dirigir una cirugía en el planeta rojo a kilómetros y kilómetros de distancia de una base con un quirófano. Este escenario también podría aplicarse en la Tierra, evitando que el médico deba trasladarse de un lugar a otro para hacer su trabajo.
No obstante, los investigadores todavía tienen mucho trabajo por hacer. La NASA y el Ejército de Estados Unidos han realizado varios aportes de dinero para impulsar el desarrollo del robot cirujano. Además, Virtual Incision, la compañía encargada del desarrollo comercial del proyecto, ha estado recibiendo dinero por parte de inversores externos.
Lo que sigue es adaptar el robot para que sea lo suficientemente robusto como para soportar las difíciles condiciones del despegue y para que funcione en uno de los casilleros del laboratorio de la ISS que tienen un tamaño similar al de un microondas. Eso sí, todavía no operará de forma completamente autónoma. Se espera que pueda hacer una intervención quirúrgica sin ningún tipo de asistencia dentro de 50 años o más.
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